El recién galardonado con el Premio Pritzker, Toyo Ito, visitó la casa O'Gorman en San Ángel Inn.
"No conocía esta rehabilitación. Me ha sorprendido muchísimo", señaló el japonés después de realizar un recorrido por el inmueble teniendo como guía a su restaurador, Víctor Jiménez, y a la directora del INBA, María Cristina García Cepeda. También iba con él su iPad Mini, que no soltó y con la que escaneó cada rincón del espacio mientras escuchaba los comentarios de los anfitriones.
La Casa O'Gorman era una escala en su camino hacia Puebla, a donde viajará hoy para afinar algunos detalles de la proyección del Museo Internacional del Barroco, cuya concepción le fue comisionada a su despacho por el Gobierno del Estado. Se trataría, una vez concretado, del primer proyecto que desarrolla en el País. Estará en la capital poblana un par de días para después volver a Japón.
Autor de obras emblemáticas como la Torre de los Vientos en Yokohama (1986), la Mediateca de Sendai (2001) y el Edificio Mikimoto Ginza2 en Tokio (2004), Ito visitó en 1990 el Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo, vecina a la Casa O'Gorman, que se integró al complejo luego de que el INBA adquiriera el inmueble a un particular en 2011.
"Conocía yo la pintura de Kahlo y Rivera, pero no sabía quién había diseñado una casa tan moderna en aquellos años... Esto era una maravilla", contó el arquitecto.
Para Juan O'Gorman, el autor de ambos inmuebles, realizados entre 1929 y 1931, destinó calificativos como "serio", "fiable" y "humano". Dijo que le mostraba sus respetos, sobre todo por haber concebido una obra tan modernista que rompió con la arquitectura de los años 30 mexicanos.
"Cuando se inauguraron estos edificios, seguramente O'Gorman se llenó de orgullo", señaló.
Sin embargo, consideró que debió de enfrentarse a la problemática de toda obra modernista en aquellos años, que, aunque legó comodidad, por lo general se olvidaba de la comunicación que debía entablar con su contexto.
"Esto no se integró bien a la sociedad de aquella época", consideró Ito con la piel ya enrojecida, pues se dispuso a atender una serie de preguntas bajo un sol que quemaba. Parecía incluso disfrutarlo, como si los rayos solares, de alguna manera, le recargaran la "pila".
Habló de la energía que le genera un país como México.
"La gente aquí es muy vital, y esa energía vital le da a la Ciudad de México mucho futuro. Yo vengo a México y no vengo a dar. Vengo a absorber su energía", advirtió con una sonrisa en la cara.
El japonés, con el Pritzker aún calientito que recibió en la Biblioteca John F. Kennedy de Nueva York, se refirió también de su propia obra, reconocida como una de las más influyentes en las últimas décadas.
"Creo que el Pritzker que he ganado ganado obedece a la innovación por la cual siempre he trabajado. Siempre me he propuesto soluciones arquitectónicamente innovadoras. Otra razón es que, dentro de las innovaciones, nunca me he olvidado de que la arquitectura debe ser agradable y cómoda. Esas dos cosas para mí siempre han sido una meta", precisó.
Otra palabra clave dentro de su obra es "sencillez".
El arquitecto ha dicho, incluso, que la arquitectura debe aprender de los árboles, que están hechos, dice, por reglas muy simples, y la creación moderna debe asociarse precisamente con la sencillez. El árbol, por ejemplo, muy firme sobre la tierra, se relaciona armónicamente con el viento y la luz. Lo mismo debiera hacer la arquitectura.
"Sin embargo, los arquitectos muchas veces caemos en la trampa y hacemos las cosas cerradas, sin relacionarse con el exterior... Hay muchas cosas que le debemos de aprender de lo árboles", insistió.
Toyo Ito es el sexto japonés en ser galardonado con el Premio Pritzker. Antes que él lo recibieron Kenzo Tange (1987), Fumihiko Maki (1993), Tadao Ando (1995) y Ryue Nishizawa y Kazuko Sejima (2010). Sejima, que junto a Nishizawa es socia del despacho SANAA, fue incluso su colaboradora.
Su obra más emblemática se ubica en Japón, pero fuera de su País destacan proyecciones suyas como el Hospital Cognacq-Jay (1999), en París; el Pabellón de la Serpentine Gallery (2002), en Londres; el Parque de la Relajación (2002), en Torrevieja, España; el Frente Marítimo y Centro Comercial Vivocity (2003), en Singapur, y la Torre Realia y el Hotel Porta Fira (2009), en Barcelona.
La visita de Ito a México coincide con su aniversario número 72, que cumplió el sábado.
"La gente aquí es muy vital, y esa energía vital le da a la Ciudad de México mucho futuro. Yo vengo a México y no vengo a dar. Vengo a absorber su energía". Toyo Ito.
Por iiarquitectos y arq.com.mx
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