Esta vivienda, diseñada por la firma de arquitectura Herbst Architects, situada en el poblado de Pohutukawa, Nueva Zelanda, fue edificada con materiales tradicionales, no obstante su imagen es muy contemporánea.
El terreno donde se ubica la vivienda implicó un gran reto constructivo, ya que el 90% estaba cubierto con árboles adultos de Pohutukawa. Las circunstancias no permitían mucho, pero dictaban una respuesta poética sensible a un edificio que, buscando existir, requeriría la destrucción de un gran número de árboles adultos. Para hacer esto sus diseñadores tuvieron en los mismos árboles las pistas que necesitaban para resolver el proyecto.
En el diseño se separan claramente los espacios privados y públicos, generando con ello habitáculos pequeñas con los cuales se articulan las formas. Las habitaciones y el garaje están ubicados en dos torres que parecen como árboles talados que fueron removidos. Para aludir a la corteza del tronco, las pieles de las torres están revestidas en madera aserrada en bruto oxidada con tonos negros texturizados con patrones irregulares.
El espacio público conecta las dos torres y busca interactuar con el bosque de Pohutukawa al definir un espacio cruzado entre el potente medio ambiente natural y la forma construida. El plano del techo forma puntos de contacto desde las torres para enlazar con la copa continua de los árboles, desintegrándose desde un plano rígido hasta un extremo desgastado que filtra la luz en una manera similar a la de las hojas de los árboles.
La estructura primaria esta soportada por una serie de postes verticales que hacen alusión a los troncos y las ramas del bosque, lo que hace que el interior se aprecie como un espacio muy natural.
Por iiarquitectos y arq.com.mx
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