Diseñada por el estudio Phyd Arquitectura, esta vivienda de dos pisos en Moreira, Portugal se encierra en sí misma, motivo por el que se llamó la Casa Tortuga, “de suave interior”. Las únicas ventanas se enfrentan entre sí a través de patios empotrados.
Una puerta de madera sirve entrada, cortando la esquina de este volumen de hormigón armado y monótono gris. En el interior, las habitaciones ese distribuyen en un plan que definen dos pequeñas terrazas.
Tres dormitorios se encuentran en la primera planta, en cuyo centro los techos se eleven a lo largo de dos plantas. Una escalera de madera comunica los dos pisos. Los escalones no se detienen sino que siguen para convertirse en estanterías. Para asegurarse de que la casa recibe la suficiente luz natural, el estudio perforó el techo con pequeñas claraboyas. En la planta baja, los suelos son de mármol; arriba, de madera.
Por iiarquitectos y arq.com.mx
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