La intervención nueva en su totalidad es prolongación o transformación de la estructura preexistente. El techo original es protagonista. Cortado con disco y levantado con gatas hidráulicas permite una aproximación que antes no existía a la visión del paisaje natural e histórico de Quito.
De las vigas originales del techo cuelgan o apoyan los entrepisos nuevos, a través de duelas de piso comunes que se empernan como tirantes a la estructura original.
El uso de diagonales contribuye tanto a la vinculación formal con la inclinación del techo como a la rigidización del conjunto.
Se genera un sistema flexible en madera, que crece, salta, cuelga, toca el suelo, variando su forma según los distintos requerimientos funcionales y espaciales de la remodelación. A pesar de esta variación, el sistema mantiene un orden geométrico constante basado en la separación de las vigas del techo original, y un orden constructivo basado en un detalle de encuentro repetitivo y en la utilización de un solo material principal, la madera, solo acompañado del policarbonato como cerramiento mínimo.
En la rehabilitación se busca la utilización máxima de lo existente, de lo que está a la mano, buscando la oportunidad, lo latente que hay que descubrir e intensificar.
Por iiarquitectos y arq.com.mx
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