El uso del concreto sin acabados pertenece a la corriente conocida como el brutalismo, corriente que se asocia comúnmente con edificaciones públicas estatales, áreas de estacionamiento y monumentos monolíticos culturales.
Dentro de algunas élites de la arquitectura, los admiradores y devotos del concreto valoran el esteticismo utilitario y la ingeniería eficiente de las edificaciones con concreto sin acabar, y las consideran efigies y símbolos del modernismo post-guerra.
Cuando hablamos del uso del concreto sin acabados dentro del brutalismo es inevitable mencionar a Le Corbusier, el representante más notorio de este movimiento, pero hay otros ilustres representantes que le han dado su estilo personal, citemos por ejemplo a Tadao Ando quien le confiere un toque más refinado, elegante y poético, también podemos mencionar a Luis Barragán y Peter Zumthor, todos ellos han usado el concreto en estructuras que reflejan elegancia y serenidad, logrando la proeza de transformar un material estrictamente funcional en un mensaje. Este mensaje, desde una perspectiva histórica, toma forma en edificaciones estatales, pero en su versión más suave, puede utilizarse perfectamente para propósitos domésticos y comerciales.
Libros de Tadao Ando
Libros de Tadao Ando
El brutalismo como estilo, nació a partir de una corriente más amplia conocida como el Movimiento Moderno, cuyo máximo esplendor estuvo circunscrito entre los años 50s y 70s, fue el suizo Le Corbusier quien le impregno su estilo inicial, cuyo ícono representativo es el edificio Unité d’Habitation, pero también se le debe dar crédito a Eero Saarinen. La frase en francés béton brut significa “hormigón crudo” y es justamente de donde se deriva el término brutalismo, término que fue acuñado por el crítico de arquitectura, Reyner Banham.
Es necesario aclarar que no todos los edificios brutalistas utilizan en concreto sin acabados, pueden emplear otros materiales sin acabar como por ejemplo ladrillos, pero regresando al tema del concreto, su uso más frecuente es, como ya se ha mencionado, en edificios estatales o de administración pública, edificios culturales y zonas de estacionamiento, los cuales se pueden apreciar a lo largo y ancho del mundo con variantes que dependen de la cultura local así como del tipo y calidad del concreto disponible en la zona.
Las estructuras de concreto sin acabados desde luego pueden tener diferentes texturas superficiales, que depende de cómo y con que se hace la mezcla o con que se encofra. Si tenemos en cuenta que hay concreto barato y concreto muy caro, concreto blanco, gris y pigmentado, podemos darnos cuenta de los múltiples usos que se le puede dar.
El uso del concreto sin acabados ha sido injustamente señalado como deprimente o exclusivo para edificios estatales lóbregos, nada más lejos de la verdad, ya que el concreto sin acabados puede lucir estupendamente bien en ambientes amplios y aislados, contrastado con elementos de acero, vidrio y hasta madera, con lo que sus usos se pueden extender perfectamente para oficinas, viviendas, centros comerciales, etc.
Por iiarquitectos y arq.com.mx
0 comments:
Publicar un comentario