Resulta bastante incongruente que Santiago Calatrava, arquitecto famoso y embajador España, haya decidido convertirse en emigrante fiscal y trasladar su sociedad de inversiones, la rimbombante Calatrava&Family Investments, al refugio de Zúrich, Suiza.
El criticado arquitecto trasladó su cartera de inversiones (31,7 millones de euros) a un cantón suizo. Es de suponer que se le retirará el título, honorífico pero inmerecido, de embajador de España.
En épocas de prosperidad, Calatrava recibió 100 millones de euros por el diseño de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia, conocida popularmente, después de la ruina valenciana, como ciudad de los fraudes y las quiebras.
Construyó también el puente de Campo Volantín en Bilbao, con una fallida estrategia que no conducía a ninguna parte, para asombro del arquitecto japonés encargado de modificar la estructura, las losetas del suelo en el puente entre dos limbos eran resbaladizas y muy peligrosas para los usuarios.
Cuando el municipio quiso unir el puente con la realidad a través de una pasarela, Calatrava se querelló por “atentado contra la propiedad intelectual”. La lista de fraudes y faltas cometidas por el embajador Santiago Calatrava a su país es bastante extensa. Y hoy, cuando España atraviesa por una de las peores crisis económicas de su historia, el embajador decide huir del peligroso España refugiándose en la segura Suiza.
Por iiarquitectos y arq.com.mx
0 comments:
Publicar un comentario