El Espacio nórdico para Biatlón en Bessans, en Haute-Maurienne, región de Saboya es el centro de entrenamiento oficial de los equipos franceses de biatlón.
El programa era simple, una recepción para deportistas y apoyo para el deporte, por ello los arquitectos sugirieron una forma sencilla: una cubierta de sesenta metros de largo enfrentada a las faldas esquiables de la montaña. El proyecto combina el uso de los materiales tradicionales (piedra y madera) con un proceso contemporáneo de ejecución, utilizando elementos prefabricados.
La configuración lineal y horizontal sobre la que se extiende el edificio (que tiene menos de siete metros de alto y unos sesenta de largo) resulta en una entidad arquitectónica alargada que ocupa el lugar, pero sin dominarlo. Situado fuera del pueblo, el Espacio nórdico tiene un carácter solitario y autónomo. Se enfrenta a las lomas y a los circuitos de entrenamiento, en los puntos de unión de diferentes pistas.
De cara al pueblo, el proyecto presenta un aspecto muy neutral que se relaciona a través de la cubierta de pizarra (un único plano de 1000m2). La cubierta se acerca mucho al suelo, pero es lo suficientemente alta como para permitir el paso libremente.
El espacio nórdico comprende una serie de pórticos muy próximos, cada 1.20m, y revestidos, según sea necesario con vidrio, madera o pizarra. Los pórticos están formados por dos vigas que abrazan los pilares situados de tal forma que permiten situar vuelos en ambos extremos. La forma arquitectónica es explícita consecuencia del proceso constructivo. Evita la ostentación y la redundancia “decorativa”.
El programa era simple, una recepción para deportistas y apoyo para el deporte, por ello los arquitectos sugirieron una forma sencilla: una cubierta de sesenta metros de largo enfrentada a las faldas esquiables de la montaña. El proyecto combina el uso de los materiales tradicionales (piedra y madera) con un proceso contemporáneo de ejecución, utilizando elementos prefabricados.
La configuración lineal y horizontal sobre la que se extiende el edificio (que tiene menos de siete metros de alto y unos sesenta de largo) resulta en una entidad arquitectónica alargada que ocupa el lugar, pero sin dominarlo. Situado fuera del pueblo, el Espacio nórdico tiene un carácter solitario y autónomo. Se enfrenta a las lomas y a los circuitos de entrenamiento, en los puntos de unión de diferentes pistas.
De cara al pueblo, el proyecto presenta un aspecto muy neutral que se relaciona a través de la cubierta de pizarra (un único plano de 1000m2). La cubierta se acerca mucho al suelo, pero es lo suficientemente alta como para permitir el paso libremente.
El espacio nórdico comprende una serie de pórticos muy próximos, cada 1.20m, y revestidos, según sea necesario con vidrio, madera o pizarra. Los pórticos están formados por dos vigas que abrazan los pilares situados de tal forma que permiten situar vuelos en ambos extremos. La forma arquitectónica es explícita consecuencia del proceso constructivo. Evita la ostentación y la redundancia “decorativa”.
Por iiarquitectos y arq.com.mx
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