Denominada como “Fallen Star” esta casa de color azul pastel, y de imagen rural, no fue pensada precisamente como una casa sino como una escultura de carácter permanente.
De primera impresión, uno pensaría que esta estructura es una frivolidad arquitectónica, pero no es así, ésta es una pieza escultórica de la Colección Stuart de la Universidad de California en San Diego (UCSD).
Es una pequeña estructura situada en la séptima planta de un edificio, cuya azotea se ha ajardinado convenientemente, dejando un camino hasta su puerta. Desde el exterior, el aspecto es absolutamente surrealista, mostrando una posición inclinada y en voladizo, como si se tratara de una casa que ha llegado allí volando.
Este trabajo ha sido desarrollado por el artista Do-Ho Suh, un surcoreano que se marchó a estudiar a los EE.UU. en 1991, con el que ha querido expresar sus sentimientos de desarraigo y sus intentos para reajustarse física y mentalmente.
Desde luego no ha podido ser más expresivo!
La “casita de jardín” de construyó en el campus y luego una grúa la subió, con el ángulo prefijado, a la cubierta del edificio de ingeniería de la Universidad.
Dentro está amueblada y decorada, recreando un acogedor salón con chimenea, y a juzgar por la foto de su interior, se ve bastante habitable, ya que su piso parece horizontal. Por cierto, que la obra se ha podido realizar gracias a donaciones privadas, y a una conocida fundación de artistas.
De primera impresión, uno pensaría que esta estructura es una frivolidad arquitectónica, pero no es así, ésta es una pieza escultórica de la Colección Stuart de la Universidad de California en San Diego (UCSD).
Es una pequeña estructura situada en la séptima planta de un edificio, cuya azotea se ha ajardinado convenientemente, dejando un camino hasta su puerta. Desde el exterior, el aspecto es absolutamente surrealista, mostrando una posición inclinada y en voladizo, como si se tratara de una casa que ha llegado allí volando.
Este trabajo ha sido desarrollado por el artista Do-Ho Suh, un surcoreano que se marchó a estudiar a los EE.UU. en 1991, con el que ha querido expresar sus sentimientos de desarraigo y sus intentos para reajustarse física y mentalmente.
Desde luego no ha podido ser más expresivo!
La “casita de jardín” de construyó en el campus y luego una grúa la subió, con el ángulo prefijado, a la cubierta del edificio de ingeniería de la Universidad.
Dentro está amueblada y decorada, recreando un acogedor salón con chimenea, y a juzgar por la foto de su interior, se ve bastante habitable, ya que su piso parece horizontal. Por cierto, que la obra se ha podido realizar gracias a donaciones privadas, y a una conocida fundación de artistas.
Por iiarquitectos y arq.com.mx
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