Sobre la línea del horizonte de las principales urbes de EE UU suele recortarse la figura de un puente cuyo nombre está indisolublemente asociado a la ciudad hasta el punto de convertirse en su emblema. Así, cuando oímos Golden Gate nos viene a la mente San Francisco, o la imagen del puente de Brooklyn nos evoca a Nueva York.
A este imaginario colgante hay que añadir a partir de ahora Dallas, la ciudad estadounidense más grande que no está bañada por el mar, cuyo puente “escudo” que se inauguró este fin de semana pasado lleva la firma de Santiago Calatrava, el arquitecto valenciano más internacional.
El Margaret Hunt Hill Bridge dibuja ya en las retinas de los más de seis millones de habitantes que viven en Dallas y su área metropolitana, la cuarta más poblada del país después de las de Nueva York, Los Ángeles y Chicago, un nuevo «sky line» o perfil urbano en forma de un puente atirantado sostenido por 58 cables de acero cosidos a un arco de casi 122 metros de altura.
Este viaducto de seis carriles sobre el río Trinity, el primero para tráfico rodado que construye Calatrava en EE UU, conecta el centro de Dallas con la parte oeste de la ciudad. Se estima que cada día recorrerán sus casi 570 metros de longitud unos 42.000 vehículos.
La espectacular iluminación nocturna del puente, con más de 200 focos led resaltando el arco, hace que compita como símbolo de la ciudad tejana con las luces en forma de diente de león del mirador que corona los 40 pisos de altura (105 m) del hotel Hyatt Regency o los contornos de argón verde de las aristas del rascacielos del Banc of America, que con sus 72 plantas y 281 metros de altura es el techo de Dallas.
A este imaginario colgante hay que añadir a partir de ahora Dallas, la ciudad estadounidense más grande que no está bañada por el mar, cuyo puente “escudo” que se inauguró este fin de semana pasado lleva la firma de Santiago Calatrava, el arquitecto valenciano más internacional.
El Margaret Hunt Hill Bridge dibuja ya en las retinas de los más de seis millones de habitantes que viven en Dallas y su área metropolitana, la cuarta más poblada del país después de las de Nueva York, Los Ángeles y Chicago, un nuevo «sky line» o perfil urbano en forma de un puente atirantado sostenido por 58 cables de acero cosidos a un arco de casi 122 metros de altura.
Este viaducto de seis carriles sobre el río Trinity, el primero para tráfico rodado que construye Calatrava en EE UU, conecta el centro de Dallas con la parte oeste de la ciudad. Se estima que cada día recorrerán sus casi 570 metros de longitud unos 42.000 vehículos.
La espectacular iluminación nocturna del puente, con más de 200 focos led resaltando el arco, hace que compita como símbolo de la ciudad tejana con las luces en forma de diente de león del mirador que corona los 40 pisos de altura (105 m) del hotel Hyatt Regency o los contornos de argón verde de las aristas del rascacielos del Banc of America, que con sus 72 plantas y 281 metros de altura es el techo de Dallas.
Por iiarquitectos y arq.com.mx
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