La falta de espacio en Japón hace que los japoneses se las tengan que ingeniar para aprovechar al máximo cada lugar disponible. Es por esto, por ejemplo, el rotundo éxito que han conseguido los estacionamientos automatizados en dicho país.
Este tipo de estacionamientos se ha hecho muy popular en la nación, ya es posible verlos instalados en la mayoría de los lugares públicos así como en edificios de cualquier tipo. La falta de espacio en el Japón ha dado lugar a una serie de “experimentos” arquitectónicos. En los cuales el arquitecto ha tenido que saber resolver la problemática de los estrechos espacios en los cuales debe construir “algo” habitable.
Bajo el nombre colectivo de TKY Japan, Toshikatsu Ienari, Kenta Fukunishi y Yasuo Imazu han colaborado en el diseño de una pequeña farmacia situada entre dos bloques de apartamentos en un estrecho callejón del centro de Osaka, en Japón.
La sencilla estructura de acero con columnas y vigas de madera a la vista, y la cubierta a dos aguas buscan mantener la doble identidad del lugar, un antiguo camino agropecuario sobre el se construyó una pequeña casa tras la II Guerra Mundial que permaneció de forma ilegal casi diez años hasta que fue demolida.
La fachada principal queda retranqueada unos metros manteniéndose la acera original y el volumen transparente se percibe como un ventanal cohesionándose con el espacio exterior que lo rodea.
Este tipo de estacionamientos se ha hecho muy popular en la nación, ya es posible verlos instalados en la mayoría de los lugares públicos así como en edificios de cualquier tipo. La falta de espacio en el Japón ha dado lugar a una serie de “experimentos” arquitectónicos. En los cuales el arquitecto ha tenido que saber resolver la problemática de los estrechos espacios en los cuales debe construir “algo” habitable.
Bajo el nombre colectivo de TKY Japan, Toshikatsu Ienari, Kenta Fukunishi y Yasuo Imazu han colaborado en el diseño de una pequeña farmacia situada entre dos bloques de apartamentos en un estrecho callejón del centro de Osaka, en Japón.
La sencilla estructura de acero con columnas y vigas de madera a la vista, y la cubierta a dos aguas buscan mantener la doble identidad del lugar, un antiguo camino agropecuario sobre el se construyó una pequeña casa tras la II Guerra Mundial que permaneció de forma ilegal casi diez años hasta que fue demolida.
La fachada principal queda retranqueada unos metros manteniéndose la acera original y el volumen transparente se percibe como un ventanal cohesionándose con el espacio exterior que lo rodea.
Por iiarquitectos y arq.com.mx
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