El singular paisaje de Qingdao, China, que es punto de referencia en la ciudad, es el escenario de la propuesta que diseñó el despacho HKS Architects para el Conservatorio de la Expo de Horticultura, uno de los pocos edificios con previsión de permanecer más allá de la Expo de Horticultura 2014.
Diseñado para estar en armonía visual con su entorno, HKS procuró que el edificio fuera un ejemplo moderno de vida sostenible. El Conservatorio representa tres “contextos” en uno: el alpino, el desértico y el subtropical. El proyecto se ubica en un terreno de 24.400 m² y cuenta con una superficie construida de 1.400 m², que se distribuyen de la siguiente manera: 7.600 metros cuadrados para el contexto subtropical, para el contexto desértico 2.700 m², 5.000 m² de área educativa, una plaza exterior que rodea el edificio de 4.000 m² y 5.500 m² de espacios de apoyo.
Con respecto al paisaje natural de Qingdao, el Conservatorio se sitúa en las colinas de la ciudad, enmarcado a ambos lados por muros de contención de tierra, con cubiertas que se elevan sobre cada uno de los “contextos”. Los visitantes llegan a la sala de entrada que surge orgánicamente de esta organización.
El Conservatorio es una estructura monolítica, cuya cubierta se divide en varias marquesinas que dan a los distintos espacios internos una lectura independiente del exterior. Los “contextos” tratan de optimizar la eficiencia estructural, las necesidades climáticas y el espacio para la vegetación. En su conjunto, el edificio puede ser entendido como piezas más pequeñas que componen el Conservatorio al tiempo que mantienen una apariencia unificada.
Las cubiertas fueron diseñadas con ETFE, un polímero sólido que transmite la luz mejor que el vidrio, proporciona aislamiento y también es muy ligero, lo que significa que los tramos largos requieren una cantidad mínima de estructura. Está enmarcado por una piel metálica perforada, que, como las hojas, proporcionan recursos tales como las funciones mecánicas y eléctricas a los diversos “contextos”. El vestíbulo de entrada cuenta con una estructura de bambú que gradualmente revela el paisaje al aire libre.
El centro educativo ofrece a los visitantes una visión de los materiales, la luz y la calidad del aire, la generación de calor, la demanda eléctrica, el agua de riego, la eficiencia del espacio arquitectónico organizado y cómo las plantas en los “contextos” pueden ser recicladas como biomasa para combustible cuando su vida útil se agote.
Diseñado para estar en armonía visual con su entorno, HKS procuró que el edificio fuera un ejemplo moderno de vida sostenible. El Conservatorio representa tres “contextos” en uno: el alpino, el desértico y el subtropical. El proyecto se ubica en un terreno de 24.400 m² y cuenta con una superficie construida de 1.400 m², que se distribuyen de la siguiente manera: 7.600 metros cuadrados para el contexto subtropical, para el contexto desértico 2.700 m², 5.000 m² de área educativa, una plaza exterior que rodea el edificio de 4.000 m² y 5.500 m² de espacios de apoyo.
Con respecto al paisaje natural de Qingdao, el Conservatorio se sitúa en las colinas de la ciudad, enmarcado a ambos lados por muros de contención de tierra, con cubiertas que se elevan sobre cada uno de los “contextos”. Los visitantes llegan a la sala de entrada que surge orgánicamente de esta organización.
El Conservatorio es una estructura monolítica, cuya cubierta se divide en varias marquesinas que dan a los distintos espacios internos una lectura independiente del exterior. Los “contextos” tratan de optimizar la eficiencia estructural, las necesidades climáticas y el espacio para la vegetación. En su conjunto, el edificio puede ser entendido como piezas más pequeñas que componen el Conservatorio al tiempo que mantienen una apariencia unificada.
Las cubiertas fueron diseñadas con ETFE, un polímero sólido que transmite la luz mejor que el vidrio, proporciona aislamiento y también es muy ligero, lo que significa que los tramos largos requieren una cantidad mínima de estructura. Está enmarcado por una piel metálica perforada, que, como las hojas, proporcionan recursos tales como las funciones mecánicas y eléctricas a los diversos “contextos”. El vestíbulo de entrada cuenta con una estructura de bambú que gradualmente revela el paisaje al aire libre.
El centro educativo ofrece a los visitantes una visión de los materiales, la luz y la calidad del aire, la generación de calor, la demanda eléctrica, el agua de riego, la eficiencia del espacio arquitectónico organizado y cómo las plantas en los “contextos” pueden ser recicladas como biomasa para combustible cuando su vida útil se agote.
Por iiarquitectos y arq.com.mx
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