Este proyecto para un Complejo Residencial Sustentable, diseñado por el despacho Morfearch, tiene como objetivo la producción de nuevos edificios capaces de satisfacer las necesidades de un habitar sostenible, y la voluntad de ofrecer servicios públicos a la población y de abrirse a la comunidad.
El área del proyecto, cruzado de norte a sur por caminos divergentes, genera espacios trapezoidales que se convierten en el principio generador de las diferentes partes de todo el complejo: cada parcela secundaria está compuesta por contenedores de diferente tamaño, entre 30 y 120 cm de alto, con diferentes usos, materiales y patrones: zonas verdes, agua, espacios abiertos, vegetación y jardines, disponibles para los residentes como centros de ocio y encuentro social.
El principio de la generación misma, que expulsa formas ortogonales en el suelo a través de un diseño controlado, le da carácter a los tres edificios residenciales; éstos suman 19.500 m2 y tienen diferentes alturas y un impluvium central.
Éstos se integran por los servicios públicos, los que se ubican en la planta baja: un nivel semi-transparente de policarbonato y cajas de “burbujas” que contienen estacionamientos de bicicletas, bibliotecas, lavanderías comunes, talleres, cafeterías, etc; su material evanescente y colorido permite que la luz penetre toda la planta baja, de una manera uniforme y continua.
Escaleras que conectan a los pisos superiores también se encuentran en cajas transparentes curvas. Así como en las diferentes escalas del edificio, el método geométrico se utiliza también para el diseño de las fachadas, a través de ventanas cuadrangulares extruidas con diferentes espesores y dimensiones.
La fachada norte está compuesta por cajones cuadrados de láminas de metal de colores, con vidrio en la parte posterior, a veces usados como logias y otras como ventanas normales. En la fachada sur las ventanas no sobresalen, simulando un movimiento horizontal entre las dos fachadas opuestas.
Si la fachada norte está compuesta por elementos de extrusión que salen del muro de concreto, la del sur contiene agujeros que se insertan en una doble piel, compuesta por una placa de metal que permite el movimiento continuo del aire, lo que permite la aislación natural de la fachada completa.
Por iiarquitectos y arq.com.mx
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