LA NATURALEZA DE LA CIUDAD
LA COMUNIDAD
Puede considerarse comunidad una sociedad localizada en un territorio. Aunque el uso del término es equívoco (ya que se puede aplicar a una comunidad de naciones, de intereses y de pequeños grupos sociales), puede considerarse que los aspectos más importantes son:
Una comunidad tiene unidad local, y se identifica con una localización, que es la base del grupo.
Una comunidad cuenta con un número de instituciones y formas de asociación propias, además de los contactos exteriores.
La comunidad es el lugar de la experiencia común en donde se localizan los intereses de las personas.
La comunidad tiene una dimensión económica, y sus miembros tienen necesidades comunes que se satisfacen al residir en un lugar particular.
LA COMUNIDAD
La comunidad tiene además una dimensión temporal, que tiene que ver con la permanencia y la acumulación de experiencias del grupo, aunque los individuos tengan movilidad.
La marca de una comunidad, según Mac Iver, es que la propia vida puede ser vivida dentro de ella en su totalidad. Esta perspectiva reconoce la variedad de los tipos de comunidades, tanto por su tamaño, como por su nivel de desarrollo.
Se manifiesta también la territorialidad del ser humano que rebasa las motivaciones de absoluta subsistencia que se encuentran en las poblaciones de animales. La naturaleza y extensión de la comunidad dejan su huella en todos los individuos que forman parte de la misma.
Cada individuo vive además de diferente manera su comunidad, lo que hace más compleja su definición. Ni la geografía ni la estadística, permiten establecer límites en lo que generalmente es una experiencia subjetiva e individual.
Lo que es constante es que la comunidad es también un cuerpo unido, que obra en nombre de toda la gente.
LA COMUNIDAD EN LA HISTORIA
Debe considerarse que las raíces de la comunidad surgieron en un entorno de pequeños grupos sociales con un elevado grado de competitividad y conflicto, mismos que sin embargo fueron el soporte de grandes culturas.
Es natural imaginar que estos pequeños grupos proveían la cohesión necesaria para enfrentar grandes proyectos colectivos. La interdependencia y la división del trabajo se propiciaron por las necesidades de supervivencia que dieron origen a su vez al lenguaje, la tecnología, y la organización política.
La comunidad se convirtió entonces en el semillero de las grandes ideas.
Es interesante notar que, mientras las comunidades pequeñas eran cerradas hacia el exterior, eran abiertas hacia si mismas, y su miembros se conocían mejor. Las comunidades más numerosas por el contrario cuentan con lugares más cerrados. El concepto de vecindario hoy en día es muy flexible, y permite un proceso de selección: Cada quién escoge quién forma parte de su grupo con la posibilidad de cambiar de opinión.
EL VECINDARIO
La prueba del vecindario, como unidad social, es que los vecinos se conozcan o que tengan entre sí conciencia de la presencia de los demás y se conduzcan de acuerdo con ello.
El vecindario es también una zona de control social, en donde se fijan los estándares de conducta esperados y se ejercen acciones para evitar las desviaciones.
Pueden distinguirse dos tipos de vecindarios: Los de participación primaria y los de participación secundaria.
Los vecindarios de participación primaria se caracterizan por relaciones muy claras de pertenencia y aceptación. Cada miembro pasa por un proceso de integración en el cual es advertido, observado, catalogado, y localizado en relación al grupo social. De acuerdo con el número de relaciones desarrolladas el miembro será asimilado con mayor o menor facilidad. (En la vida moderna, los vecindarios no dependen ya exclusivamente de la ubicación geográfica, sino de los intereses y nivel socioeconómico).
Los vecindarios de participación secundaria son comunes en comunidades urbanizadas, ya que su población tiene más movilidad (geográfica y social) y la aceptación de vecindario es más selectiva. Las relaciones son más flexibles, y muchos miembros prefieren el aislamiento. En estos vecindarios hay una tendencia entre los miembros a pensar en sí mismos como pertenecientes al vecindario y no tanto como vecinos de otros miembros.
Esta forma de vida anónima es muy difícil para personas acostumbradas a vecindarios orientados a lo rural.
Una evidencia del anonimato característico del vecindario urbano es que la medida de ser un buen vecino es la de atender cada quién sus propios asuntos.
VECINDARIOS Y REDES
Algunos investigadores señalan que es necesario un nuevo concepto de vecindario que no dependa de la proximidad física pero que no empobrezca el ambiente urbano. En esto juega un papel muy importante el diseño de espacios públicos que favorezcan la convivencia y el sentido de pertenencia.
Cada espacio debe tomar en cuenta la territorialidad del ser humano y el impulso natural de mantener el control sobre dicho territorio.
Las líneas de relación entre los miembros de un vecindario se llaman redes. Cada individuo o familia tienen su red de diferente dimensión, misma que se sobrepone para formar mallas. Las familias numerosas ubicadas en un territorio por muchos años, tienden a formar redes locales de malla cerrada, que consisten en las personas conocidas de la familia que se tratan entre sí.
En otros casos pueden darse redes de malla abierta, con poca relación entre las personas de esta red.
Las implicaciones de control de la red de malla cerrada son claras, y se encuentran generalmente en vecindarios de participación primaria. Cada miembro es el centro de su propia red y también un punto de contacto con las redes de otros. Esto tiene implicaciones espaciales fundamentales para el urbanismo y la integración comunal.
Los grupos numerosos son un campo experimental para desarrollar estas redes. Nuevos tipos de problemas se han generado en las sociedades de masas, zonas conurbadas y áreas metropolitanas, ya que las pautas de orden geográfico se establecen sin tomar en cuenta su dimensión social.
CONCIENCIA DE COMUNIDAD
Teorías organizacionales concuerdan al señalar que en un grupo social donde la fricción aumenta por el anonimato, los conflictos suelen evadirse a través de la falta de compromiso colectivo. La consecuencia natural de este fenómeno a nivel urbano es el ciudadano indiferente, irresponsable y apático. A esto hay que agregarle problemas de índole racial y religiosos que, aunque se consideraban superados siguen siendo causa de divisiones políticas.
La conciencia de comunidad pues es inalcanzable de no existir identificación, el respeto, la distribución de la autoridad en la toma de decisiones y la seguridad de que se está trabajando para fines comunes.
En términos sociopsicológicos la comunidad existe en la mente de las personas que viven en un lugar identificable. Sin embargo, la comunidad es la suma de varios elementos: Dichas relaciones sociales se complementan con la estructura física y el territorio que las ordenan.
En esta dimensión física se articulan tanto los edificios individuales y privados como los espacios públicos y las redes de infraestructura empleadas por los miembros de la comunidad.
COMPLEJIDAD DE LA COMUNIDAD
Se asume a menudo que las sociedades urbanas son más complejas que las rurales.
Debe tomarse en cuenta la importancia de las reglas sociales rígidas, los rituales y las leyendas en estas comunidades.
Se aprende lo necesario, hay mas continuidad, y los cambios suelen ser traumáticos.
La complejidad urbana es menos tradicional y orientada al pensamiento racional. El aprendizaje nunca termina, porque el cambio es constante.
FUNCIONES DE LA COMUNIDAD
La base material de la comunidad es independiente de la voluntad de sus habitantes, que se enraíza en la historia y la geografía. La comunidad es un conjunto de organizaciones con propósitos y relaciones propias, así como funciones específicas, que se dan sin importar el tipo de comunidad de que se trate:
Función de Gobernar: A través de esquemas diferentes, se debe proteger la vida, la propiedad y el orden. Esta función tiende a complicarse y a involucrar a cada vez más sectores de la comunidad.
Función del Suministro: Infraestructura de servicios y salud, cuya responsabilidad descansa en el gobierno aunque sea posible privatizarla.
Función de Educar: Responsabilidad de la familia, pero compartida en sociedades complejas. La comunidad establece también parámetros mínimos.
Derechos y Responsabilidades individuales: La autoridad debe salvaguardar los derechos de los individuos y procurar que asuman sus responsabilidades. Esto involucra al aspecto de la propiedad, y para ello se crean registros públicos, tarifas reguladas e inspecciones.
Comunidades y Relaciones Exteriores: Las comunidades no pueden vivir aisladas. Sus relaciones definen a la misma comunidad, y son evidencia de la actitud de la misma hacia el cambio.
LA COMUNIDAD
Puede considerarse comunidad una sociedad localizada en un territorio. Aunque el uso del término es equívoco (ya que se puede aplicar a una comunidad de naciones, de intereses y de pequeños grupos sociales), puede considerarse que los aspectos más importantes son:
Una comunidad tiene unidad local, y se identifica con una localización, que es la base del grupo.
Una comunidad cuenta con un número de instituciones y formas de asociación propias, además de los contactos exteriores.
La comunidad es el lugar de la experiencia común en donde se localizan los intereses de las personas.
La comunidad tiene una dimensión económica, y sus miembros tienen necesidades comunes que se satisfacen al residir en un lugar particular.
LA COMUNIDAD
La comunidad tiene además una dimensión temporal, que tiene que ver con la permanencia y la acumulación de experiencias del grupo, aunque los individuos tengan movilidad.
La marca de una comunidad, según Mac Iver, es que la propia vida puede ser vivida dentro de ella en su totalidad. Esta perspectiva reconoce la variedad de los tipos de comunidades, tanto por su tamaño, como por su nivel de desarrollo.
Se manifiesta también la territorialidad del ser humano que rebasa las motivaciones de absoluta subsistencia que se encuentran en las poblaciones de animales. La naturaleza y extensión de la comunidad dejan su huella en todos los individuos que forman parte de la misma.
Cada individuo vive además de diferente manera su comunidad, lo que hace más compleja su definición. Ni la geografía ni la estadística, permiten establecer límites en lo que generalmente es una experiencia subjetiva e individual.
Lo que es constante es que la comunidad es también un cuerpo unido, que obra en nombre de toda la gente.
LA COMUNIDAD EN LA HISTORIA
Debe considerarse que las raíces de la comunidad surgieron en un entorno de pequeños grupos sociales con un elevado grado de competitividad y conflicto, mismos que sin embargo fueron el soporte de grandes culturas.
Es natural imaginar que estos pequeños grupos proveían la cohesión necesaria para enfrentar grandes proyectos colectivos. La interdependencia y la división del trabajo se propiciaron por las necesidades de supervivencia que dieron origen a su vez al lenguaje, la tecnología, y la organización política.
La comunidad se convirtió entonces en el semillero de las grandes ideas.
Es interesante notar que, mientras las comunidades pequeñas eran cerradas hacia el exterior, eran abiertas hacia si mismas, y su miembros se conocían mejor. Las comunidades más numerosas por el contrario cuentan con lugares más cerrados. El concepto de vecindario hoy en día es muy flexible, y permite un proceso de selección: Cada quién escoge quién forma parte de su grupo con la posibilidad de cambiar de opinión.
EL VECINDARIO
La prueba del vecindario, como unidad social, es que los vecinos se conozcan o que tengan entre sí conciencia de la presencia de los demás y se conduzcan de acuerdo con ello.
El vecindario es también una zona de control social, en donde se fijan los estándares de conducta esperados y se ejercen acciones para evitar las desviaciones.
Pueden distinguirse dos tipos de vecindarios: Los de participación primaria y los de participación secundaria.
Los vecindarios de participación primaria se caracterizan por relaciones muy claras de pertenencia y aceptación. Cada miembro pasa por un proceso de integración en el cual es advertido, observado, catalogado, y localizado en relación al grupo social. De acuerdo con el número de relaciones desarrolladas el miembro será asimilado con mayor o menor facilidad. (En la vida moderna, los vecindarios no dependen ya exclusivamente de la ubicación geográfica, sino de los intereses y nivel socioeconómico).
Los vecindarios de participación secundaria son comunes en comunidades urbanizadas, ya que su población tiene más movilidad (geográfica y social) y la aceptación de vecindario es más selectiva. Las relaciones son más flexibles, y muchos miembros prefieren el aislamiento. En estos vecindarios hay una tendencia entre los miembros a pensar en sí mismos como pertenecientes al vecindario y no tanto como vecinos de otros miembros.
Esta forma de vida anónima es muy difícil para personas acostumbradas a vecindarios orientados a lo rural.
Una evidencia del anonimato característico del vecindario urbano es que la medida de ser un buen vecino es la de atender cada quién sus propios asuntos.
VECINDARIOS Y REDES
Algunos investigadores señalan que es necesario un nuevo concepto de vecindario que no dependa de la proximidad física pero que no empobrezca el ambiente urbano. En esto juega un papel muy importante el diseño de espacios públicos que favorezcan la convivencia y el sentido de pertenencia.
Cada espacio debe tomar en cuenta la territorialidad del ser humano y el impulso natural de mantener el control sobre dicho territorio.
Las líneas de relación entre los miembros de un vecindario se llaman redes. Cada individuo o familia tienen su red de diferente dimensión, misma que se sobrepone para formar mallas. Las familias numerosas ubicadas en un territorio por muchos años, tienden a formar redes locales de malla cerrada, que consisten en las personas conocidas de la familia que se tratan entre sí.
En otros casos pueden darse redes de malla abierta, con poca relación entre las personas de esta red.
Las implicaciones de control de la red de malla cerrada son claras, y se encuentran generalmente en vecindarios de participación primaria. Cada miembro es el centro de su propia red y también un punto de contacto con las redes de otros. Esto tiene implicaciones espaciales fundamentales para el urbanismo y la integración comunal.
Los grupos numerosos son un campo experimental para desarrollar estas redes. Nuevos tipos de problemas se han generado en las sociedades de masas, zonas conurbadas y áreas metropolitanas, ya que las pautas de orden geográfico se establecen sin tomar en cuenta su dimensión social.
CONCIENCIA DE COMUNIDAD
Teorías organizacionales concuerdan al señalar que en un grupo social donde la fricción aumenta por el anonimato, los conflictos suelen evadirse a través de la falta de compromiso colectivo. La consecuencia natural de este fenómeno a nivel urbano es el ciudadano indiferente, irresponsable y apático. A esto hay que agregarle problemas de índole racial y religiosos que, aunque se consideraban superados siguen siendo causa de divisiones políticas.
La conciencia de comunidad pues es inalcanzable de no existir identificación, el respeto, la distribución de la autoridad en la toma de decisiones y la seguridad de que se está trabajando para fines comunes.
En términos sociopsicológicos la comunidad existe en la mente de las personas que viven en un lugar identificable. Sin embargo, la comunidad es la suma de varios elementos: Dichas relaciones sociales se complementan con la estructura física y el territorio que las ordenan.
En esta dimensión física se articulan tanto los edificios individuales y privados como los espacios públicos y las redes de infraestructura empleadas por los miembros de la comunidad.
COMPLEJIDAD DE LA COMUNIDAD
Se asume a menudo que las sociedades urbanas son más complejas que las rurales.
Debe tomarse en cuenta la importancia de las reglas sociales rígidas, los rituales y las leyendas en estas comunidades.
Se aprende lo necesario, hay mas continuidad, y los cambios suelen ser traumáticos.
La complejidad urbana es menos tradicional y orientada al pensamiento racional. El aprendizaje nunca termina, porque el cambio es constante.
FUNCIONES DE LA COMUNIDAD
La base material de la comunidad es independiente de la voluntad de sus habitantes, que se enraíza en la historia y la geografía. La comunidad es un conjunto de organizaciones con propósitos y relaciones propias, así como funciones específicas, que se dan sin importar el tipo de comunidad de que se trate:
Función de Gobernar: A través de esquemas diferentes, se debe proteger la vida, la propiedad y el orden. Esta función tiende a complicarse y a involucrar a cada vez más sectores de la comunidad.
Función del Suministro: Infraestructura de servicios y salud, cuya responsabilidad descansa en el gobierno aunque sea posible privatizarla.
Función de Educar: Responsabilidad de la familia, pero compartida en sociedades complejas. La comunidad establece también parámetros mínimos.
Derechos y Responsabilidades individuales: La autoridad debe salvaguardar los derechos de los individuos y procurar que asuman sus responsabilidades. Esto involucra al aspecto de la propiedad, y para ello se crean registros públicos, tarifas reguladas e inspecciones.
Comunidades y Relaciones Exteriores: Las comunidades no pueden vivir aisladas. Sus relaciones definen a la misma comunidad, y son evidencia de la actitud de la misma hacia el cambio.
Por iiarquitectos
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