La intención de los arquitectos era que el edificio pasará desapercibido desde la calle. Por ende la topografía del terreno era de vital importancia. Así es que fue esta misma la que dio el punto de partida para la primera forma de la vivienda.
A modo de reforzar la “sostenibilidad” del proyecto, los arquitectos de la oficina de Arthur Casas eligieron utilizar maderas locales. Que además servían para dar a la casa un acabado natural y a su vez minimalista.
Los inmensos ventanales inundan el interior con luz natural, reduciendo la carga de energía total del proyecto, mientras que las terrazas abiertas y las persianas horizontales proporcionan mucha sombra mitigando la ganancia solar excesiva.
El interior de la vivienda propuesto refleja la búsqueda de soluciones informales y sin pretensiones, con un lenguaje atípico de casas de campo.
El resultado es un ambiente contemporáneo, pero simple y fácil de mantener.
Por iiarquitectos y arq.com.mx
0 comments:
Publicar un comentario