“Bilbao es un milagro e implicó, además de mi edificio, la renovación de muchas infraestructuras”, subrayó el arquitecto canadiense-estadounidense Frank Gehry.
Bilbao y la Fundación Guggenheim de Nueva York renovaron en diciembre un fructífero matrimonio de 20 años que, a partir de un museo de arte contemporáneo, impulsó urbanística y económicamente la entonces decadente ciudad industrial del norte de España.
A punto de extinguirse el contrato firmado en 1994, la Solomon R. Guggenheim Foundation de Nueva York y el Museo Guggenheim de Bilbao renovaron por otros 20 años la cooperación que ha traído a esta ciudad española obras destacadas del arte contemporáneo.
Mark Rothko, Gerhard Richter o Eduardo Chillida componen la nómina de artistas de su colección permanente, complementada con exposiciones cedidas temporalmente por Nueva York.
El acuerdo también consolida la red de la fundación, que ya contaba con una sede en Venecia y desarrolla ahora una en Abu Dhabi. Una senda imitada por importantes museos como el Louvre de París, que también se instala en la capital árabe o en la ciudad francesa de Lens, y el Hermitage de San Petersburgo, que abrirá un museo en Barcelona. “Esa estrategia, basada en la necesidad de globalización, fue muy novedosa en ese momento pero ahora se replica incluso en otros ámbitos como los festivales de música”, explica Lluís Bonet, de la Universidad de Barcelona.
Por iiarquitectos y arq.com.mx
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