Sería demasiado aventurado decir que existe una relación entre la calidad de las obras y el número de personas que trabaja en ellas, o el modo de organización que cada oficina utiliza.
Si hacemos una revisión a nivel superficial de algunos estudios importantes de arquitectos contemporáneos, nos daremos cuenta que la calidad de sus proyectos no depende del tamaño de sus oficinas. Hay estudios que tienen la dimensión de corporaciones multinacionales de profesionistas, con expertos y consultores en todos los campos de la ingeniería, además de los arquitectos y sus socios. Entre ellos destacan SOM (Skidmore, Owings y Merrill), firma estadunidense que emplea a más de mil personas y tiene oficinas en todos los continentes.
Sin duda destaca Foster & Partners con varios cientos de empleados repartidos entre su sede de Londres y sus filiales en todo el mundo. También OMA (Offfice for Metropolitan Architecture), la oficina de Rem Koolhaas cuya sede central está en Rottterdam, cuenta con sedes en cinco ciudades más: Nueva York, Pekín, Hong Kong y Doha. La oficina de Jean Nouvel en París se compone de 120 personas y ha instalado sedes alternas fuera de Francia, en los lugares donde ha llevado a cabo proyectos como en Madrid y Nueva York.
Por otra parte, muchos estudios de arquitectura no han crecido mucho, a pesar de que las obras que han producido son de importancia similar a los anteriormente mencionados. Tal es el caso de Peter Zumthor, Alvaro Siza, Tadao Ando, Paulo Mendes da Rocha, Glen Murcutt, Kazuyo Sejima y otros más, quienes han recibido el Premio Pritzker, (la distinción internacional más importante para un arquitecto).
Sin embargo, por circunstancias que desconozco, o quizá por elección propia, mantienen sus oficinas en una dimensión reducida. ¿Será que estos últimos arquitectos prefieren seguir de cerca el desarrollo de cada uno de sus proyectos? ¿La dimensión de una oficina se refleja directamente en los proyectos que elabora?
Sería demasiado aventurado decir que existe una relación entre la calidad de las obras y el número de personas que trabaja en ellas, o el modo de organización que cada oficina utiliza. Intuyo que el crecimiento de un estudio de arquitectura responde más a decisiones de índole financiero que por una decisión directa de su socio principal. Los estudios de arquitectura que han crecido exponencialmente, lo han hecho porque se ha convertido en marcas registradas, que tienen un valor simbólico para sus clientes potenciales.
También es probable que muchos de estos se hayan fusionado con sus proveedores de servicios de ingeniería y ofrezcan soluciones integrales a quienes los contratan, desde estudios preliminares hasta el desarrollo ejecutivo del proyecto hasta su último detalle, además de la gerencia del proyecto. Me parece que la visión del arquitecto como hombre del Renacimiento, como experto en todo, está despareciendo gradualmente.
Por iiarquitectos y arq.com.mx
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