Proyecto Centro islámico y mezquita (Barcelona, España) por Martina De Barba es realizado en el marco de la cátedra Gallego de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona.
El desafío del proyecto radicaba en la aceptación de una cultura en conexión con otra. La expresión de un mundo islámico en un contexto occidental. Es por esto que la manera de aproximación al proyecto ha sido primero por una inmersión no solo en el mundo árabe, sino también en el mundo musulmán, apuntando a un proyecto propositivo desde lo conceptual y a su vez intentando reflejar soluciones a la complejidad programática, comento.
La caligrafía árabe es un elemento de tal importancia en la configuración de los elementos arquitectónicos que es imposible pensar en un espacio de estas raíces sin que forme parte. Hablan de conceptos de gran importancia en el islam, como la relación el mundo terrenal y con Dios. Conceptos que lograron salir de la abstracción para formar elementos tangibles.
El empleo abundante y reiterativo en las obras hace que se deje de considerar un objeto decorativo y se tome como una pieza fundamental, la cual no se disgrega del resto de los elementos estructurales. Con este planteo los elementos que se utilizan para la decoración superficial, adquieren otra dimensión y posibilidades dentro del proyecto arquitectónico.
Surge de la utilización de la expresividad de las piezas estructurales, unidades configuradas autónomas en cuanto a forma pero al mismo tiempo constituyen la unidad total del conjunto.
La ubicación del terreno es sobre Av. Parellel, la cual vinculo los barrios Poble Sec, Raval y San Antonio.
La implantación libera parte del terreno a modo de vacío público en relación con la plaza existente, que enmarca el acceso al centro islámico a través de un primer patio cerrado. El mismo funciona como patio de abluciones y entrada a la mezquita, y al mismo tiempo al edificio.
El funcionamiento general del edificio se da a partir de una clara diferenciación entre la parte religiosa, que alberga la mezquita con sus servicios y el resto del programa.
Esta organización permite mantener una privacidad e introspección en la parte del rezo y a su vez liberar el resto del programa para generar continuidades espaciales entre los diversos programas restantes que incluyen hall, sala de exposiciones, auditorio y biblioteca. Esta parte funciona más como un centro cultural donde el no practicante está invitado a sumergirse en la cultura musulmana.
Para permitir la conexiones entre programas se dispuso de núcleos de servicios independientes, organizados verticalmente. Estos se iluminan naturalmente por una serie de patios privados que dan al pulmón de manzana.
El proyecto se conforma a través de una serie de pórticos cada 2,5 metros. Esto permite una claridad estructural y constructiva. El sistema a su vez, tiene alteraciones especificas en los sitios donde se desea enmarcar algo en particular como puede ser el acceso o circulaciones horizontales.
La flexibilidad del sistema se encuentra en la forma que se le dan a los mismos a partir de la voluntad espacial, alterando sutilmente sus alturas o proporciones. Se genera un efecto visual del conjunto inspirado en la superposición utilizada en la caligrafía árabe.
La búsqueda material se centró en investigar la posibilidad de transparencia al conjunto. Entender el interior y exterior no como una oposición sino como la manera de vincular estos dos mundos.
El espacio fluye de un lugar a otro, se desmaterializa, por lo que no hay rupturas entre los espacios. Como diría Soriano: “La estructura solo sirve para construir un techo”.
Por iiarquitectos y arq.com.mx
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