Aunque es el único Premio Pritzker mexicano, algunas de las fincas que diseñó en Guadalajara, entre el Centro y la colonia Americana, parecen fundirse en el olvido.
Pocas obras de Luis Barragán tienen los reflectores que merecen.
Aunque es el único Premio Pritzker mexicano, algunas de las fincas que diseñó en Guadalajara, entre el Centro y la colonia Americana, parecen fundirse en el olvido.
Barragán es el más importante exponente de la arquitectura nacional del Siglo 20 y no hay instrumentos legales que permitan la conservación de su obra, aunque ahora se ha propuesto que dos de sus obras más conocidas, la Casa ITESO-Clavigero y la Casa Cristo, se inscriban en la UNESCO como Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Aunque los especialistas en su obra advierten que hay que revisar caso por caso, estiman que su obra está en el olvido, por desconocimiento de los propietarios u omisión de las autoridades.
"De pronto muchos de los funcionarios que toman las decisiones no conocen a Barragán, no conocen su importancia ni su relevancia, ni que una de sus obras es distinguida como Patrimonio de la Humanidad", califica el arquitecto Ignacio Gómez Arriola.
La secretaria de Cultura de Jalisco, Myriam Vachez, reconoce que la actual Ley de Patrimonio Cultural y Natural del Estado no le permite a la dependencia tener ingerencia legal en la protección de los edificios de valor patrimonial.
"Ahora nuestra herramienta más fuerte es el decreto, pero el mecanismo para aprobarlos es extremadamente complicado, por eso creo que la iniciativa de la nueva Ley de Patrimonio es absolutamente indispensable para la salvaguarda de nuestro patrimonio", añade.
Y es que se contempla ya una nueva ley para el Estado.
"Sin duda será ya mucho más sencillo emitir dictámenes de protección (...) Habrá que revisar caso por caso, buscar todas sus fincas y darle sugerencias a sus propietarios; la nueva ley contempla incentivos para la restauración de patrimonio relevante", dice la funcionaria.
El arquitecto Juan Palomar resalta que la legislación actual no tiene suficiente fuerza para sancionar a tiempo a quienes dañen el patrimonio: "Los funcionarios de alguna forma tienen conciencia de la valía de la obra de Barragán, pero tienen muchas limitaciones".
Gómez Arriola expresa que Secretaría de Cultura no difunde la obra del arquitecto Barragán con la fuerza que debería.
En Guadalajara hay todavía una treintena de sus inmuebles y hay claros ejemplos del descuido, como la Casa Harper de Garibi, en la calle de Rayón 121, o la Robles Castillo, sobre Argentina 72, que también tiene problemas de mantenimiento. Otro caso son las fincas de La Paz esquina con Colonias y La Paz 1877, construidas entre 1929 y 1930, que han sido modificadas y apenas se nota la pluma de Barragán en sus líneas.
Por iiarquitectos y arq.com.mx
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