La casa ocupa su propia e imponente posición, se enfrenta a otras casas, y simplemente abarca todo el horizonte.
El arquitecto ha limitado terreno para trabajar. El truco, sin embargo es liberar todas las emociones del lugar: apertura o división, lo que refleja el infinito.
Espacio y tiempo son dos cosas infinitas que nos pasan y en la Arquitectura, sin embargo, nos permite modelar el espacio y el tiempo establecido, como un reloj de sol. También puede incorporar una tercera cosa infinita: la belleza.
Las paredes blancas son páginas en blanco para la expresión de la naturaleza.
El Sabine es un pino de crecimiento lento, que cuenta la historia de un mundo antiguo, que en esta ocasión nos cuenta la de su ubicación de Baleares, España.
Por iiarquitectos y arq.com.mx
0 comments:
Publicar un comentario