Esta casa mínima, diseñada por el arquitecto Matías Pons Estel, se emplaza en Santo Tomé, un barrio residencial de Santa Fe en Argentina.
Proyectada a partir de la confección de un núcleo habitacional simple, logra expresividad gracias a su material predominante: perfiles, chapa y aluminio. A su vez, estos elementos se articulan con los módulos de los materiales utilizados para los interiores (placas de yeso y madera).
Así, se optimizaron los elementos constructivos, evitando cualquier tipo de desperdicio y reciclando la mayor cantidad de componentes. En la expansión de la galería se utilizaron pallets, cerámicos y parquet reciclado. La optimización más eficiente se logró en la propia ejecución de obra, mediante el uso de maquinaria simple (taladro, amoladora, soldadora), con el se montaron los componentes, lo cual se destaca como un aspecto valioso de este proyecto.
Funcionalmente, el núcleo de 36 m2 (12mts de largo x 3mts de ancho x 2,40mts de alto) se desarrolla apartir de una cocina comedor con una zona de estar y escritorio, un baño y una habitación principal. El mobiliario y el uso del espacio determinaron la distribución de las actividades en el interior de la casa. Con el espacio vacío en el centro, se utilizaron los laterales para los apoyos. El mismo mueble que contiene la bacha y los elementos de guardado de cocina, pasa a ser biblioteca y culmina con un amplio tablero de apoyo.
El proyecto contempla la autenticidad de sus propios materiales, con relación entre lo industrializado, lo reciclado y lo natural.
Por iiarquitectos y arq.com.mx
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