Para el propietario de la Pump House, la casa fue concebida poco más que como un cobertizo para tomar un té junto a su pareja y estar junto a su caballo George.
Con la ayuda de su primo y arquitecto Nicholas Russo, el proyecto acabó por convertirse en una confortable cabaña con lo justo y necesario para vivir en plena naturaleza.
Situada a solo 50 minutos de Melbourne, esta sencilla y elegante casa es una huida de la vida urbana. Y ese es su punto. Está construida con sencillez: envuelta en hierro corrugado, sus paredes son de madera contrachapada, ofreciendo el lugar perfecto para el descanso, la relajación y la contemplación.
El plano es simple y espacioso. La cocina envuelve alrededor el cuarto de baño, creando un núcleo de servicios centrales que separa la zona de estar del dormitorio.
Por iiarquitectos y arq.com.mx
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