El estudio Avenier y Cornejo esgrimió tiras de cedro para envolver toda la superficie de esta casa en Orsay, Francia, desde las paredes hasta la cubierta a dos aguas. “La vivienda se encuentra al final de un camino, en el bosque. Así cumple una transición entre el entorno urbano y natural”, explica Miguel Cornejo.
Grandes ventanales y aberturas permiten que la luz penetre en las paredes de madera. Además, las estancias se organizan para recibir la luz del día en los momentos en que serán más utilizados.
La cocina está situada hacia el este para tomar el desayuno con la luz de la mañana y el salón cuenta con la luz del atardecer suave del oeste. “Hemos trabajado el flujo de movimiento en la casa para reducir corredores y crear un flujo dinámico”, añade Cornejo. “De esta manera, se ha diseñado una intersección de movimiento y perspectiva”.
Abierto a una terraza y al jardín, el salón de la planta baja es un espacio de doble altura que los diseñadores describen como “tallado”. Una escalera serpentea por el centro de la casa y conduce a tres dormitorios, en el primer piso.
Por iiarquitectos y arq.com.mx
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