Un muro de roca natural y árboles dispersos de mucho porte delimitan el terreno sobre el que se levanta este volumen compacto, situado en Estoril (Portugal). Vaciando su fachada con medidos huecos, el estudio de arquitectura Frederico Valsassina logró darle un magnífico ritmo.
La volumetría en forma de paralelepípedo se escapa al exterior primero a través de patios interiores, que son a su vez continuación de las habitaciones. En la planta baja se encuentran las áreas sociales. La entrada se hace desde un patio exterior de llegada, abriéndose a un vestíbulo distribuidor expuesto a otro patio con vistas a la piscina.
De ahí se accede a la sala de estar, un baño de visitas y el comedor, así como al piso superior a través de unas escaleras. Las áreas de servicio se desenvuelven detrás de patio exterior, con un comedor que se comunica directamente con la cocina y el sótano. También en este piso, en un volumen autónomo, se localiza la sala de cine y juegos, con otra abertura hacia el patio.
La primera planta dispone de tres habitaciones y una suite principal que cuenta con una oficina, dos closet y dos baños independientes que se comunican con un espacio exterior destinado al jacuzzi. Todos los dormitorios menos uno cuentan con una terraza privada.
Por iiarquitectos y arq.com.mx
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