Desde que era estudiante, al arquitecto Renzo Piano le ha obsesionado la idea de hacer habitable una casa reducida al mínimo espacio. Después de algunos ensayos a lo largo de los años, incluidas unas celdas para unas religiosas de un convento, lo ha plasmado en el campus de Vitra de Weil am Rhein con una vivienda de poco más de 2x2x2 m.
El proyecto, llamado Diogene por motivos obvios, parte de un prototipo en madera con techo a dos aguas, desarrollado en 2009, al que al final ha encontrado financiador: Rolf Fehlbaum, presidente de Vitra. Le conquistó porque esta empresa no se considera un fabricante de objetos de diseño aislados, sino que comprende el mobiliario como una parte esencial del entorno humano.
No se trata de un producto acabado, sino de un ensayo que permitirá comprobar el potencial de la casa mínima. No es un alojamiento provisional, sino un lugar de recogimiento elegido libremente y autosuficiente, pues almacena el agua necesaria, la que elimina limpia después de su uso, y la electricidad es autogenerada. El objetivo final es minimizar la huella ecológica. Piano entiende su proyecto como algo “romántico que ofrece calma espiritual. Diogene proporciona lo que es realmente necesario, nada más”.
Por iiarquitectos y arq.com.mx
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