Sobre un acantilado de la costa australiana, el estudio de arquitectura Inarc Architects diseñó la casa Bluff, que se contornea como el escarpado terreno sobre el que se asienta para mirar plácidamente al mar.
Los quiebros de su fachada se explican porque las mejores vistas se encuentran donde más abrupto es el litoral y llegar hasta ahí no era tarea precisamente fácil.
La fachada norte está revestida de paneles de madera y mira a unas colinas vecinas. La sur, de cara al mar, resulta mucho más intrincada, en una composición de acero oscuro y vidrio. Sus muchos de ángulos ofrecen una gran variedad de interiores y exteriores a refugio del viento y el sol. A su vez, hay dramáticos voladizos que conducen el agua de lluvia hacia el jardín y también se aprovechan para el edificio.
Por iiarquitectos y arq.com.mx
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