La casa Richmond, en Melbourne (Australia), se compone de dos viviendas gemelas que han pertenecido a dos generaciones de una misma familia.
Necesitaban ya una rehabilitación, y el estudio de arquitectura Andrew Maynard se decidió por la verticalidad, en contraste con la arquitectura suburbial y extensiva del barrio. Así se maximizaba el modesto patio.
Con una cascada de luz entrando desde arriba, cada espacio de la casa se adapta a los diferentes estados de ánimo de sus ocupantes. Se evita el uso materiales sintéticos y se opta por la madera de cedro envejecida y el acero crudo. Se usan estratégicamente espejos en el comedor para crear una sensación de amplitud.
Por iiarquitectos y arq.com.mx
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