El encargo para la arquitecto Clare Cousins, fue el de diseñar una nueva construcción de madera, ubicada en el mismo terreno de una casa de playa de 1970. Acentuando el vínculo entre lo antiguo y lo nuevo, la utilización de materiales naturales y la explotación de la topografía del terreno se combinan para lograr el máximo efecto posible con el mínimo impacto en el sitio y el presupuesto.
El pabellón explora la idea de la choza de playa, donde hay una profunda conexión con el entorno al vivirla desde dentro. El pabellón compacto de tan sólo 48 m2 está conectado a la casa original a través de una estructura de fibra de vidrio, que actúa como una nueva entrada a ambos elementos.
Esta nueva entrada se ilumina por la noche, sirviendo de bienvenida a los que llegan. La cubierta de madera, los postes de pino en bruto y las fijaciones a la vista celebran los métodos de construcción modestos del enlace. Los materiales seleccionados tienen propiedades aislantes mínimas, exponiendo el ocupante a las condiciones térmicas y de iluminación del exterior. Este “despertar” físico aumenta la transición entre lo viejo y lo nuevo.
Por iiarquitectos y arq.com.mx
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