El Centro Cultural de Viana do Castelo abrió sus puertas el pasado 14 de julio y es un sorprendente proyecto diseñado por el ganador del Pritzker, el arquitecto portugués Eduardo Souto de Moura.
El Centro Cultural de Viana do Caste es un proyecto incrustado en el predilecto espacio de la boca del río Lima, en torno a un eje que se interpela como novedad cultural del Miño. Este atrevido proyecto con usos polivalentes está destinado a ser la sede de eventos culturales, musicales, deportivos y de ocio.
Ubicado junto a una biblioteca de Álvaro Siza y un centro de ocio de Fernando Tavora, se forma de tres plantas sobre una superficie de 3.792 m². En la planta -1 se encuentran las canchas y el acceso a los graderíos laterales. El nivel 0 queda señalado por el vidrio utilizado, lo que garantiza la transparencia entre la ciudad, el río y el interior del edificio en sí. Y por último, en la primera planta se encuentran las cabinas panorámicas y espacios administrativos.
Eduardo Souto de Moura comenzó a diseñar este Centro Cultural en 1999, tardó cinco años en construirse y que finalmente fue inaugurado el pasado 14 de julio de 2013. La terminación del edificio marca el final de un período de construcción donde los dos constructores originales quebraron y la financiación dependía de las subvencionados de la administración local.
Memoria del Proyecto
El edificio se implanta en la zona prevista del plan, alineado en el lado sur, con uno de los edificios proyectados por el arquitecto Fernando Távora.
Frente al alzado Norte se prevé una plaza con una zona de líneas que marcan las entradas al Pabellón. En esta plaza existirá una pendiente que permitirá el acceso a la planta -1.
Formalmente el edificio se define por una plataforma en la que se coloca una caja de aluminio y los equipos necesarios para facilitar las diferentes actividades promovidas en su interior.
Toda la imagen tiene la intención de estar asociado con la arquitectura naval, relacionándose con la imagen del buque "Gil Eanes".
El pabellón de usos múltiples será un espacio dirigido a los eventos culturales y deportivos.
Los principales accesos se sitúan en los extremos norte y sur. Las entradas de servicio se realizarán por las otras fachadas.
Su interior es amplio y permeable, con la posibilidad de ver el mar desde la planta de entrada.
Se pretende que la transparencia sea capaz de hacerlo más trasparente en relación con los otros edificios.
Por iiarquitectos y arq.com.mx
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