Partimos de una estructura ya construida. El espacio para dos viviendas reconvertido en oficina. Dos plantas más un sótano para jugar.
La planta baja diáfana, oficina paisaje, abierta al jardín perimetral. La planta alta despachos y sala de reuniones. La altura nos permite rebasar las edificaciones colindantes y mirar al mar.
El sótano, en un principio oscuro y húmedo se abre al exterior mediante patios que revalorizan su situación semienterrada para dar cabida a más salas de trabajo y una pequeña cocina con oficio.
El exterior respeta el volumen original, no podía ser de otra forma, añadiendo una zona de entrada que denota su carácter más público.
Por iiarquitectos y arq.com.mx
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