El edificio nace como un encargo inmobiliario de departamentos DFL 2 de máximo 115 m² útiles ubicados en un barrio residencial consolidado de Vitacura cercano al Mall Parque Arauco, que destaca por sus vistas a la cordillera de Los Andes, el dominio del Cerro Manquehue, sus hermosos jardines y cuidada arborización.
El desafío consistió en crear un sobrio producto comercial que se distinguiera del resto. En su distribución planimétrica se buscó privilegiar las vistas disponiendo los recintos sociales de los departamentos integrados con amplias terrazas en los vértices del edificio. En términos formales se trabaja el volumen con el clásico esquema de base, cuerpo y remate superior en contraposición a la impasible fórmula del bandejero.
En el tratamiento de las fachadas hay un depurado y cuidado trabajo, donde elementos volumétricos, plintos, entrantes y salientes le otorgan una profundidad y juego de contrastes, luces y sombras, que reinterpretan antiguas fórmulas que identificaron en tiempos pasados a nuestra oficina. Los antejardines son entregados sin rejas al espacio urbano realzando el edificio.
Por iiarquitectos y arq.com.mx
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