Tiene una organización muy clara que permite un funcionamiento independiente como edificio técnico y como edificio de oficinas para la Base de Mantenimiento de la Línea de Alta Velocidad Orense-Santiago o en su caso como un solo edificio.
Se piensa desde un inicio en dos alturas, decisión que ayuda a organizar la parcela y que resuelve el programa de forma más económica ya que su volumen es más eficaz que un edificio en una planta con todos su paramentos expuestos. Además se va a una cimentación menos extensa y más aprovechada, con una menor repercusión.
La geometría utilizada para distribuir el edificio sigue fielmente al análisis del programa. Además se utiliza un sistema que permite crecer y adaptarse ante alguna nueva necesidad que se plantee o ante cambios que pueda presentar la parcela en su configuración definitiva sin que afecte al resto de partes.
Separamos el programa después de haberlo analizado: hay parte que completa las necesidades del edificio técnico y por otro lado está la relacionada con las oficinas de la Base. En la planta baja se sitúan las salas de equipos y las salas de servicio para mantenimiento así como el acceso a la planta superior. La planta alta se reserva para oficinas.
Se pretende disminuir los recorridos dentro del edificio. De esta manera se sitúan en una pieza central las salas comunes y los accesos y comunicaciones, tanto en la planta baja como en la alta.
La implantación del volumen construido en la parcela sirve para dividirla en dos y crear dos bolsas de aparcamiento: una delantera para las oficinas de la Base y otra trasera para el edificio técnico.
Por iiarquitectos y arq.com.mx
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