A la problemática habitual que tienen los arquitectos al momento de definir sus honorarios frente al comitente, específicamente para el caso de un proyecto, se suma la falta de concientización de los costos que deberán afrontar para justamente terminar y entregar un proyecto completo.
Es decir que cuando ofrecen realizar la tarea por un determinado porcentaje sobre el costo de obra, y hacen la proyección de la suma de dinero que consideran van a recibir se olvidan de descontar el monto que implicará la producción del proyecto.
Ello puede muy fácilmente hacer peligrar la utilidad que suponen obtener del trabajo. En consecuencia es muy importante que en forma previa a la definición de los honorarios a pactar se analicen los gastos que se deberán afrontar para hacer la tarea encomendada. Además es algo que, obviamente sin necesidad de mayores detalles, también merece ser comentado al cliente para que comprenda que la suma que pagará en concepto de honorarios no es una ganancia total para el arquitecto sino que incluye importantes erogaciones que el profesional tiene a su cargo.
En forma genérica, para calcular los costos de producción de un proyecto y el beneficio previsto se deben tener en cuenta los siguientes ítems:
Gastos directos
Son los que inciden directamente en la ejecución de los trabajos necesarios para cumplir con el encargo.
Los principales suelen ser los honorarios y/ o sueldos, con sus correspondientes cargas sociales, de arquitectos, dibujantes, personal técnico y administrativo y de todo personal afectado directamente a la ejecución del trabajo; los de especialistas, asesores o consultores que intervienen en el proyecto; los honorarios y gastos por gestión de trámites municipales, si la tarea es encomendada. También gastos de ploteo, copias de planos, fotocopias, carpetas, entre otros. En el caso de las tareas realizadas fuera de la CABA, hay que tener en cuenta los aportes a las cajas de previsión provinciales y/o Colegios Profesionales.
Gastos indirectos
Son los costos y gastos que existen independientemente de los originados por el encargo y que deben ser tenidos en cuenta, aún en forma estimativa al proponer el honorario. Estos suelen ser la amortización o alquiler del estudio, expensas, tasas, servicios públicos, limpieza; la amortización de equipos, hardware, software; papelería, útiles varios de oficina; asesoramiento legal y contable del estudio. Sueldos y cargas sociales del personal no afectado directamente al encargo. Costos de movilidad, de seguros por robo, incendio, accidentes personales, responsabilidad profesional.
Carga impositiva
Es importante valorar este concepto ya que tiene una incidencia significativa en relación al honorario. Los principales impuestos son el impuesto al valor agregado, cuando la condición del IVA del comitente determina que este impuesto debe quedar englobado dentro del honorario (este impuesto no actúa en desmedro del honorario), el impuesto a las ganancias, el monotributo cuando no corresponde el pago de los impuestos anteriores, y el impuesto a los ingresos brutos cuando corresponda.
Utilidad o beneficio esperado
Para ponderar este punto se debe tener en cuenta el grado de dificultad y la carga de trabajo del encargo, la especialización del profesional, su prestigio, el grado de interés del comitente de contar con sus servicios, el interés del profesional de ganar el trabajo o conservar el cliente y la competencia y condición del mercado.
Por iiaquitectos y arq.com.mx
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