Situadas entre pinos, humedales, y zonas de cultivo, estas piezas residenciales se sitúan en la parcela formando una geometría natural, acorde con los campos frutales de alrededor.
La parcela disfruta de importantes vistas sobre el paisaje hacia el norte, y se inclina ligeramente hacia el sur ofreciendo una espectaular visión de la zona, con Villa Aljaraque en lo alto de la colina, pinares hacia el este, y las tierras de cultivo adyacentes.
El proyecto consiste en diferentes tipos de alojamientos, de una o dos habitaciones, a los que se accede bien a través de las zonas comunes, o bien a través de los jardines privados. Se pretende que la estancia se convierta en una experiencia en contacto con la naturaleza y la tranquilidad del campo, disfrutando del entorno con la máxima privacidad en cada alojamiento.
La naturaleza está omnipresente en el lugar, de forma que la arquitectura se somete a ella en un intento de integrar al visitante por completo con el entorno. Este intercambio entre naturaleza y arquitectura genera un diáologo entre los usuarios y el ecosistema a través de la disposición de áreas peatonales , pasarelas, etc, que acentúan la interacción y establecen un rol activo para los usuarios en el entorno.
Por iiarquitectos y arq.com.mx
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