El sitio está rodeado por las colinas únicas de Chianti, cubiertas de viñedos, a medio camino entre Florencia y Siena. Un cliente culto e iluminado ha hecho posible conseguir, a través de la arquitectura, la mejora del paisaje y el entorno como expresión de la valencia cultural y social del lugar donde se produce el vino.
Los aspectos funcionales se han convertido en una parte esencial de un itinerario de diseño que se centra en la experimentación geomorfológica de un edificio entendido como la expresión más auténtica de una simbiosis deseada y la fusión entre la cultura antrópico, el trabajo del hombre, su entorno de trabajo y el medio ambiente natural.
La construcción física e intelectual de los pivotes de bodega en los lazos profundos y arraigados con la tierra, una relación que es tan intensa. El objetivo del proyecto ha consistido en fusionar el edificio y el paisaje rural, el complejo industrial que parece ser una parte de este último gracias a la azotea, que se ha convertido en una parcela de tierra cultivada con vides, interrumpida, a lo largo del curvas de nivel, por dos cortes horizontales que permiten a la luz en el interior y proporcionar a quienes en el interior del edificio con una vista del paisaje a través de la construcción imaginaria de un diorama.
La fachada se extiende horizontalmente a lo largo de la pendiente natural, se paseó por las hileras de vides que, junto con la tierra, forman su "cubierta de la azotea".
Las aberturas o cortes discretamente revelan el interior metro: las zonas de oficinas, organizados como un mirador por encima de la barrera, y las zonas donde se produce el vino se disponen a lo largo de los y las zonas bajas de embotellado y almacenamiento a lo largo de la parte superior.
El corazón aislado de la bodega obtiene una dimensión sacral de un espacio que está oculto, no por el deseo de mantener fuera de la vista, pero para garantizar las condiciones termohigrométricas ideales para la maduración lenta del producto.
Una lectura de la sección arquitectónica del edificio revela que la disposición altimétrica sigue tanto el proceso de producción de las uvas que descienden (como por gravedad) - desde el punto de llegada, a los tanques de fermentación a la bóveda de cañón subterráneo - y que de los visitantes que en el ascenso al contrario desde el aparcamiento a la bodega y los viñedos, a través de las áreas de producción y la exhibición con la prensa, la zona donde se añeja vinsanto, para finalmente llegar al restaurante y el piso que aloja el auditorio, el museo, la biblioteca, las áreas de degustación de vinos y el punto de venta.
Las oficinas, las áreas administrativas y oficinas ejecutivas, ubicadas en el nivel superior, son de ritmo de una secuencia de patio interior iluminado por agujeros circulares repartidos por todo el viñedo de techo. Este sistema también sirve para dar luz a la casa de huéspedes y la vivienda del conserje.
Los materiales y tecnologías evocan la tradición local con simplicidad, tanto en el uso de terracota y en la conveniencia de utilizar la energía producida naturalmente por la tierra para enfriar y aislar la bodega, la creación de las condiciones climáticas ideales para la producción de vino.
Por iiarquitectos y arq.com.mx
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