El proyecto Steelband tuvo su origen en el año 2007, cuando cinco empresas (de auditores, corredores de bienes, arquitectos, arquitectos-paisajistas y diseñadores gráficos) decidieron unirse para crear un gran edificio de oficinas sostenible.
Característico y potente, el edificio se convierte en un hito urbano y arquitectónico a la entrada de la ciudad. En el centro de la composición, un jardín acuático interior enlaza los espacios exteriores. En favor de la calle y los espacios públicos, los estacionamientos se encuentran bajo a los edificios.
La cara norte del edificio da la espalda a la calle marcando firmemente el límite de la confusa superficie construida al lado del sitio. Este muro de hormigón contrasta con las otras fachadas desmaterializadas, construidas de vidrio y acero corten.
La gran estructura de acero actúa como un filtro para los usuarios, proporcionando una experiencia siempre cambiante y de gran alcance cuando se ve desde lejos.
Por iiarquitectos y arq.com.mx
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