Cada periodo de la historia tiene sus paradigmas arquitectónicos, El Instituto del Mundo Árabe (L'Institut du Monde Arabe), diseñado por el arquitecto Jean Nouvel es un ícono de la arquitectura de finales del siglo XX.
El proyecto del Instituto del Mundo Árabe fue parte de la política del Presidente François Miterrand, quien a mediados de los años ochenta quiso volver a colocar a París a la vanguardia cultural y artística mundial, como lo había sido a finales del siglo XIX. Para ello se llevaron a cabo una serie de obras públicas, como el Centro Pompidou, el Parque de la Villete, la Ciudad de la Música, el Museo de Louvre, el Arco de la Defensa, la Biblioteca Nacional y el Instituto del Mundo Árabe, entre otros.
En 1981 fue cuando se convocó al concurso para desarrollar un local para el instituto, resultando ganador el arquitecto Jean Nouvel, quien entonces tenía apenas 36 años de edad. Con este proyecto Nouvel tuvo ante sí la tarea de desarrollar una propuesta que, expresando un lenguaje contemporáneo y vanguardista, contuviera elementos que lo identificaran como un edificio ligado al arte islámico. Sin embargo, debía ser un edificio europeo, sin caer en la copia literal de iconos musulmanes, tal como lo hizo, por ejemplo, la Gran Mezquita de París. Para ello el arquitecto fusionó soluciones contemporáneas con elementos islámicos, dentro del mismo edificio. Hacia el río la fachada contiene componentes más típicos de la arquitectura occidental, líneas sobrias trabajadas en acero y cristal.
Hacia el sur, y sin abandonar el uso de acero y metal, la fachada expone una solución inspirada en el arte islámico, expresado en un trabajo de filigrana. Se encuentra aquí una clara utilización de la "piel" en el edificio, un recurso al que el arquitecto recurriría en varios otros proyectos posteriores, como la Torre Agbar.
El edificio está construido en un terreno irregular de 16,894 m2 en la calle Rue des Fossés Saint Bernard , al lado del río Sena, cerca al puente y la Catedral de Notre-Dame de Paris. Esta área había sido tradicionalmente ocupada por musulmanes siglos atrás.
El programa del Instituto incluye un museo, auditorio, restaurante, oficinas y biblioteca. La circulación está definida por una escalera circular y otra alargada en los extremos, y un grupo de ascensores al centro.
El arquitecto organizó el proyecto en dos barras que responden a las direcciones predominantes del emplazamiento: la primera, curva, hacia el norte, se adapta a la forma de un bulevar en el río Sena. La otra, rectangular, hacia el sur, enfrenta una plaza de acceso hacia el frente sur del edificio. Al interior, propone un patio, que refleja de algún modo el uso de estos espacios en la arquitectura árabe. La fractura entre ambas estructuras, que encierra circulaciones verticales, es acentuada por la dramática esquina del ala curva. No obstante, ambos volúmenes están conectados en la planta baja.
Uno de los elementos más notables de este edificio es la fachada, compuesta de 240 paneles cuadrados que agrupan 30,000 pequeños diafragmas mecánicos de acero que, conectados a sensores fotosensibles, se abren y cierran de acuerdo a la intensidad lumínica, y cuya forma semeja los "mashrabiyya", patrones encontrados frecuentemente en la arquitectura islámica. Estos dispositivos son una representación abstracta pero al mismo tiempo evidente que se asocia a la filigrana usada en construcciones musulmanas, la cual permite ventilación y vistas, pero mantiene la privacidad de los recintos.
La fluidez espacial interior se ve favorecida por el intrincado juego lumínico proveniente de la fachada. La transparencia de las cajas de ascensores permite una lectura franca del espacio interior, especialmente de la fachada. Como contraposición a la meticulosidad de la cara exterior, los espacios interiores han sido trabajados de una forma mucho más sobria.
Desde la terraza en el noveno piso es posible disfrutar de magníficas vistas del Sena y la catedral de Notre-Dame.
Este edificio fue galardonado con el Premio Aga Khan en 1989 por constituirse en un "Puente entre las culturas francesa y árabe".
Desde finales del año 2010, en el patio interior de este edificio fue colocado el famoso pabellón “Mobile Art” que diseñara para la empresa Chanel la arquitecta iraquí Zaha Hadid.
Por iiarquitectos y arq.com.mx
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