La corrala y el balcón eran los únicos espacios exteriores en las viviendas del casco histórico y los ensanches de Madrid. Durante el siglo XX se construyeron algunos edificios con terrazas soleadas, que señalaron el atractivo de un jardín en altura en esta ciudad.
A partir de 1970 se construyeron muchas viviendas con terrazas bajo techo, abiertas al exterior por una cara, que cada propietario cerraba al cabo de los años con carpinterías de aluminio o pvc, incorporando al interior unos metros cuadrados útiles -un dormitorio más, un salón más grande- y chabolizando las fachadas con esa estética cutre característica de la época.
Las viviendas construidas en los PAUs en los años noventa se entregaron con terrazas cerradas, convertidas en mirador, eliminando todo espacio exterior. Esta forma de construir ciudad contrasta con el estilo de vida de una generación en Madrid, que desde hace años ya no cierra las terrazas y las usa con más intensidad que nunca, aprovechando un clima excepcional, donde entre abril y octubre la mayoría de los días tienen sol.
El edificio Greenspire se construirá en Valdebebas, al Noreste de Madrid, entre la terminal 4 del Aeropuerto de Madrid-Barajas, el recinto ferial, la urbanización La Moraleja y un nuevo parque forestal de 470 Hectáreas.
El proyecto está formado por una torre y un bloque de siete alturas. La torre tiene tres viviendas por planta -dos a partir del nivel 10-, cada una con dos fachadas y vistas al parque. El bloque se articula en torno a dos núcleos, con cuatro viviendas por planta, pasantes este-oeste.
La terraza como espacio doméstico, asociada normalmente a la cultura mediterránea y a edificaciones de menor escala, se incorpora aquí a una tipología en altura de carácter más americano, escalonándose de forma irregular en las fachadas sur y oeste, aprovechando las mejores horas de sol de cada vivienda y las vistas sobre el parque, un paisaje castellano.
A partir de 1970 se construyeron muchas viviendas con terrazas bajo techo, abiertas al exterior por una cara, que cada propietario cerraba al cabo de los años con carpinterías de aluminio o pvc, incorporando al interior unos metros cuadrados útiles -un dormitorio más, un salón más grande- y chabolizando las fachadas con esa estética cutre característica de la época.
Las viviendas construidas en los PAUs en los años noventa se entregaron con terrazas cerradas, convertidas en mirador, eliminando todo espacio exterior. Esta forma de construir ciudad contrasta con el estilo de vida de una generación en Madrid, que desde hace años ya no cierra las terrazas y las usa con más intensidad que nunca, aprovechando un clima excepcional, donde entre abril y octubre la mayoría de los días tienen sol.
El edificio Greenspire se construirá en Valdebebas, al Noreste de Madrid, entre la terminal 4 del Aeropuerto de Madrid-Barajas, el recinto ferial, la urbanización La Moraleja y un nuevo parque forestal de 470 Hectáreas.
El proyecto está formado por una torre y un bloque de siete alturas. La torre tiene tres viviendas por planta -dos a partir del nivel 10-, cada una con dos fachadas y vistas al parque. El bloque se articula en torno a dos núcleos, con cuatro viviendas por planta, pasantes este-oeste.
La terraza como espacio doméstico, asociada normalmente a la cultura mediterránea y a edificaciones de menor escala, se incorpora aquí a una tipología en altura de carácter más americano, escalonándose de forma irregular en las fachadas sur y oeste, aprovechando las mejores horas de sol de cada vivienda y las vistas sobre el parque, un paisaje castellano.
Por iiarquitectos y arq.com.mx
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