Ubicada en Shangai (China) la “casa del té” se emplaza en el jardín de la oficina de los arquitectos de Archi-Union. Diseñada y construida por ellos mismos, la casa se construye a partir de las piezas rescatadas del derrumbe del almacén original ubicado en este lugar.
El sitio para construir era muy restringido, con muros en tres de sus lados, y con sólo una cara mirando hacia un espacio abierto que contiene una piscina. El espacio se restringió aún más por la presencia de un árbol maduro a medio camino. El diseño trata de encarnar la armonía mediante la integración de una caja y la apertura de la misma.
Como su nombre lo dice, “la casa del té” se compone principalmente de espacios de estar. Un cómodo salón de té cerrado es ubicado a nivel del sueño. Siguiéndole en protagonismo aparece una biblioteca muy confortable también. Un pequeño balcón triangular se asoma hacia el exterior y se extiende alrededor del árbol existente. Como para abrazarlo y dejar claro formalmente que el árbol le pertenece a la vivienda.
Existen también otros espacios más privados pero no son de mucha importancia y sus dimensiones son más bien estrechas. Éstas se encuentran en la parte trasera de la especial vivienda. El volumen es una forma irregular en tres dimensiones que es imposible de ser comprendido a través de las plantas.
La forma de torsión ha sido diseñada por secuencias de comandos algorítmicos de un plug-in del programa Rhino. Sin embargo, tal forma es difícil de traducir en información cuantificable para guiar la construcción. Las restricciones de construcción manual obligaron a los arquitectos a inventar soluciones en el momento de la construcción de modo de poder realizar el avanzado diseño digital, con técnicas locales de construcción de baja tecnología.
En primer lugar se extrajo el esqueleto estructural que fue escaneado posteriormente con el software digital. Esta forma curva se vuelve a calcular a través de un entrelazamiento de líneas rectas. Resultado que pudo ser con mayor facilidad traducido a una forma construible.
El sitio para construir era muy restringido, con muros en tres de sus lados, y con sólo una cara mirando hacia un espacio abierto que contiene una piscina. El espacio se restringió aún más por la presencia de un árbol maduro a medio camino. El diseño trata de encarnar la armonía mediante la integración de una caja y la apertura de la misma.
Como su nombre lo dice, “la casa del té” se compone principalmente de espacios de estar. Un cómodo salón de té cerrado es ubicado a nivel del sueño. Siguiéndole en protagonismo aparece una biblioteca muy confortable también. Un pequeño balcón triangular se asoma hacia el exterior y se extiende alrededor del árbol existente. Como para abrazarlo y dejar claro formalmente que el árbol le pertenece a la vivienda.
Existen también otros espacios más privados pero no son de mucha importancia y sus dimensiones son más bien estrechas. Éstas se encuentran en la parte trasera de la especial vivienda. El volumen es una forma irregular en tres dimensiones que es imposible de ser comprendido a través de las plantas.
La forma de torsión ha sido diseñada por secuencias de comandos algorítmicos de un plug-in del programa Rhino. Sin embargo, tal forma es difícil de traducir en información cuantificable para guiar la construcción. Las restricciones de construcción manual obligaron a los arquitectos a inventar soluciones en el momento de la construcción de modo de poder realizar el avanzado diseño digital, con técnicas locales de construcción de baja tecnología.
En primer lugar se extrajo el esqueleto estructural que fue escaneado posteriormente con el software digital. Esta forma curva se vuelve a calcular a través de un entrelazamiento de líneas rectas. Resultado que pudo ser con mayor facilidad traducido a una forma construible.
Por iiarquitectos y arq.com.mx
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