Desde hace algunos años, cada vez con más frecuencia, el tema de la arquitectura portátil se ha convertido en uno de los favoritos, sobre todo, de las nuevas generaciones de arquitectos.
Las arquitecturas de este tipo, por lo regular son resultado de procesos experimentales que plantean opciones de habitación muy originales y en ocasiones nada convencionales. Un ejemplo es un refugio portátil de muros de hielo, para pescar hecho por el despacho Gartnerfuglen.
Este pequeño refugio llamado “Unavailability” (No Disponible), se adapta a las estaciones del año al construirse apoyado por la naturaleza. Sus elementos son plegables, de fácil traslado y almacenamiento, pudiendo armarse sin mayor esfuerzo por una persona en 30 segundos. En invierno sus paredes se cubren de hielo, aislando el interior frente a climas extremos.
Los paneles de hielo funcionan como una piel que responde de buena manera a los vientos invernales, generando una bolsa de aire caliente y la tranquilidad en el interior, difuminando la luz del sol a través del agua congelada.
Durante el verano, las paredes desnudas de “alambre de gallinero” sirven de soporte para plantas trepadoras, conformando un refugio verde transportable que entrega aire fresco a su ocupante.
Las arquitecturas de este tipo, por lo regular son resultado de procesos experimentales que plantean opciones de habitación muy originales y en ocasiones nada convencionales. Un ejemplo es un refugio portátil de muros de hielo, para pescar hecho por el despacho Gartnerfuglen.
Este pequeño refugio llamado “Unavailability” (No Disponible), se adapta a las estaciones del año al construirse apoyado por la naturaleza. Sus elementos son plegables, de fácil traslado y almacenamiento, pudiendo armarse sin mayor esfuerzo por una persona en 30 segundos. En invierno sus paredes se cubren de hielo, aislando el interior frente a climas extremos.
Los paneles de hielo funcionan como una piel que responde de buena manera a los vientos invernales, generando una bolsa de aire caliente y la tranquilidad en el interior, difuminando la luz del sol a través del agua congelada.
Durante el verano, las paredes desnudas de “alambre de gallinero” sirven de soporte para plantas trepadoras, conformando un refugio verde transportable que entrega aire fresco a su ocupante.
Por iiarquitectos y arq.com.mx
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