Considerado uno de los grandes arquitectos españoles, Juan Navarro Baldeweg analiza el cambio estructural que se produce en su profesión y cuestiona cómo se ha destruido el litoral y el futuro de los edificios construidos en una época dorada pero sin uso.
Usted apuesta por la arquitectura como transmisión de emociones.
La arquitectura siempre ha sido para mí un arte de lo transitivo. Un medio para llegar a lograr un campo de actuación, donde lo importante sea realmente la vida, no tanto el objeto, no tanto algo a contemplar sino a vivir, lo importante es la melodía, la canción, no el instrumento.
¿Es compatible esta sensibilidad con la arquitectura que se ha venido creando?
La arquitectura de los últimos años ha estado muy volcada a lo formal, a las configuraciones más o menos barrocas de lo formal, del movimiento, de las formas en el espacio. Acaba siendo algo muy aburrido y sobre todo incomprensible en una época de una austeridad muchísimo mayor. No quiere decir que no haya habido obras buenas, sino que estamos en una plataforma conceptual que nos invita a seguir por otro camino.
Dice usted “obras incomprensibles en épocas de austeridad”, ¿se podría aplicar ello a las obras de Calatrava por ejemplo?
No sé lo que la gente busca en las obras de Calatrava pero en términos más personales me parece que hay formas más económicas de producir este tipo de experiencias de vida.
Acerca de Juan Navarro:
Es un arquitecto, escultor y pintor nacido en Santander en 1939. Realizó estudios de dibujo y pinura en Santander (1951-1956) y de grabado en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, Madrid (1959-1960). Doctor por la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid en 1969, es catedrático de Proyectos de ésta escuela desde 1977. Ha sido profesor en Boston, Pennsylvania y Yale. En su ámbito como pintor ha realizado numerosas exposiciones individuales y colectivas en España, Europa y Estados Unidos.
Usted apuesta por la arquitectura como transmisión de emociones.
La arquitectura siempre ha sido para mí un arte de lo transitivo. Un medio para llegar a lograr un campo de actuación, donde lo importante sea realmente la vida, no tanto el objeto, no tanto algo a contemplar sino a vivir, lo importante es la melodía, la canción, no el instrumento.
¿Es compatible esta sensibilidad con la arquitectura que se ha venido creando?
La arquitectura de los últimos años ha estado muy volcada a lo formal, a las configuraciones más o menos barrocas de lo formal, del movimiento, de las formas en el espacio. Acaba siendo algo muy aburrido y sobre todo incomprensible en una época de una austeridad muchísimo mayor. No quiere decir que no haya habido obras buenas, sino que estamos en una plataforma conceptual que nos invita a seguir por otro camino.
Dice usted “obras incomprensibles en épocas de austeridad”, ¿se podría aplicar ello a las obras de Calatrava por ejemplo?
No sé lo que la gente busca en las obras de Calatrava pero en términos más personales me parece que hay formas más económicas de producir este tipo de experiencias de vida.
Acerca de Juan Navarro:
Es un arquitecto, escultor y pintor nacido en Santander en 1939. Realizó estudios de dibujo y pinura en Santander (1951-1956) y de grabado en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, Madrid (1959-1960). Doctor por la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid en 1969, es catedrático de Proyectos de ésta escuela desde 1977. Ha sido profesor en Boston, Pennsylvania y Yale. En su ámbito como pintor ha realizado numerosas exposiciones individuales y colectivas en España, Europa y Estados Unidos.
Por iiarquitectos y arq.com.mx
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