Tras permanecer veintidós años cerrado, el Museo de Historia Militar de Dresden reabre sus puertas con una nueva imagen diseñada por el arquitecto neoyorquino Daniel Libeskind. Una cuña triangular de cinco plantas se inserta en el edificio, construido hace 135 años, rompiendo el orden compositivo de la fachada.
La transparencia de las superficies de acero y cristal contrasta con la opacidad y la rigidez del edificio existente. Con ello, Libeskind quiere simbolizar el cambio que se ha producido entre el autoritarismo del pasado y la libertad de la sociedad democrática. A treinta metros de altura, una plataforma ofrece vistas del oeste de la ciudad alemana.
El antiguo museo se convertirá en la oficina central del Museo de las Fuerzas Armadas de Alemania y albergará una zona de exposiciones de aproximadamente 20.000 m2, convirtiéndose en el muso más grande de Alemania. Una cuña de 140 toneladas formada por cristal, hormigón y acero atraviesa el edificio del museo original, de 130 años de antigüedad.




La transparencia de las superficies de acero y cristal contrasta con la opacidad y la rigidez del edificio existente. Con ello, Libeskind quiere simbolizar el cambio que se ha producido entre el autoritarismo del pasado y la libertad de la sociedad democrática. A treinta metros de altura, una plataforma ofrece vistas del oeste de la ciudad alemana.
El antiguo museo se convertirá en la oficina central del Museo de las Fuerzas Armadas de Alemania y albergará una zona de exposiciones de aproximadamente 20.000 m2, convirtiéndose en el muso más grande de Alemania. Una cuña de 140 toneladas formada por cristal, hormigón y acero atraviesa el edificio del museo original, de 130 años de antigüedad.
Por iiarquitectos y arq.com.mx
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