Este edificio, denominado como “la Torre del Golf” fue diseñado por el despacho alemán Hackenbrioch Architekten, en la localidad de San Isidro, en la ciudad de Lima, en Perú. Debido a la solución arquitectónica propuesta, en este edificio, ningún usuario se queda sin una buena vista panorámica de una de las áreas verdes más serenas de Lima, el Club de Golf.
La estructura que sostiene al edificio es de concreto armado. Hacia el lado norte el edificio se abre hacia el exterior y es flexible, ya que fue resuelto mediante una planta libre. La fachada de este lado, se muestra cambiante y traslúcida debido a que sus ventanas, que son paneles solares, son plegables.
Esta solución, desde el exterior, le da al edificio un aspecto de ser viviente, pues el movimiento de abrir y cerrar hace que cambie cada momento. Por dentro sucede algo similar, no hay paredes, o mejor dicho estas son deslizables, o plegables lo que permite a los usuarios configurar el espacio interior.
Los demás elementos son perfectamente identificables: el balcón que es prácticamente toda la fachada, ventanas que se abren de piso a techo. El comedor y la cocina pueden ser una sola habitación o dos según el estado de ánimo ya que tiene paredes corredizas. Igual pasa con el living y la sala para la televisión.
Otro elemento que sirve para dividir los ambientes es el sistema de cortinaje que está en todas las habitaciones, esta sirven para ser colocadas en cualquier lugar a lo largo de este departamento.
La flexibilidad de las plantas, y la movilidad de los diferentes elementos que integran este edificio hacen de la Torre del Golf una especie de escultura habitable, que revitaliza la ciudad de Lima.
La estructura que sostiene al edificio es de concreto armado. Hacia el lado norte el edificio se abre hacia el exterior y es flexible, ya que fue resuelto mediante una planta libre. La fachada de este lado, se muestra cambiante y traslúcida debido a que sus ventanas, que son paneles solares, son plegables.
Esta solución, desde el exterior, le da al edificio un aspecto de ser viviente, pues el movimiento de abrir y cerrar hace que cambie cada momento. Por dentro sucede algo similar, no hay paredes, o mejor dicho estas son deslizables, o plegables lo que permite a los usuarios configurar el espacio interior.
Los demás elementos son perfectamente identificables: el balcón que es prácticamente toda la fachada, ventanas que se abren de piso a techo. El comedor y la cocina pueden ser una sola habitación o dos según el estado de ánimo ya que tiene paredes corredizas. Igual pasa con el living y la sala para la televisión.
Otro elemento que sirve para dividir los ambientes es el sistema de cortinaje que está en todas las habitaciones, esta sirven para ser colocadas en cualquier lugar a lo largo de este departamento.
La flexibilidad de las plantas, y la movilidad de los diferentes elementos que integran este edificio hacen de la Torre del Golf una especie de escultura habitable, que revitaliza la ciudad de Lima.
Por iiarquitectos y arq.com.mx
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