Para este diseño, Zaha Hadid tomó como referencia el terreno montañoso del entorno, que se refleja en una serie de terrazas y rampas que introducen el paisaje en el corazón de las Villas.
El proyecto entreteje el contexto natural con el edificio y, al hacerlo, permite una interacción íntima entre el jardín y el hogar. La forma de las villas fue diseñada para mezclarse con el dinamismo de la topografía y fundirse con el paisaje.
Cada Villa está integrada por dos volúmenes adyacentes y superpuestos que configuran el esquema de división de los programas privados y públicos, pero permitiendo que fluyan entre sí. Un espectacular volado extiende la topografía hacia el cielo, y reduce la exposición solar en la fachada occidental.
El volado se dobla formando una terraza en la azotea, desde donde se puede disfrutar de una vista elevada y sin obstáculos de los jardines botánicos. En sus extremos el techo desciende hasta tocar el suelo, abrazando y protegiendo los espacios en su interior.
Para hacer aún más fluida la imagen exterior del edificio, el diseño propone el uso de materiales maleables como aluminio y concreto reforzado con fibra. En el interior, los materiales utilizados son: cristales, corian y plástico reforzado.
Por iiarquitectos y arq.com.mx
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