El arquitecto brasileño Ruy Ohtake, una de las figuras más importantes de la arquitectura brasileña, es el autor de uno de grandes hitos arquitectónicos contemporáneos de la ciudad de Sao Paulo: el Hotel Unique, una original estructura con forma de arco invertido.
El hotel, que por su volumetría se puede considerar como una escultura habitable, es una interesante combinación de arrojo formal y creatividad funcional.
El Hotel Unique es una oda a la curva y al concreto, que se levanta a pasos de Jardins, uno de los barrios paulistas más distinguidos y cerca del Parque Ibirapuera, el espacio verde más grande de la ciudad de Sao Paulo.
El edificio conforma un semicírculo, completamente plano en la parte superior, como una moneda que se sostiene sobre un lado y a la que se ha cortado por la mitad.
Esta solución, si bien, genera una espectacular silueta, no es un capricho, responde a una restricción de altura que sólo permite construcciones de un máximo de 85 metros.
El interior del hotel, diseñado por Joao Armentano, agrega valor a las líneas arquitectónicas de Ohtake, mediante el uso de colores neutros (grises, tierras y mucho blanco); materiales naturales (madera, cuero, acero, porcelanatos y piedra) y un exquisito mobiliario diseñado por las más importantes personalidades del diseño brasileño.
Las habitaciones pueden no ser tan exageradas como la estructura en sí misma, pero tienen sus propios toques atrevidos. Las habitaciones en los extremos siguen la curva de la pared exterior y los muebles mismos se expanden traviesos hacia las esquinas superiores.
Los cuartos de baño resultan claramente vanguardistas, con divisiones correderas que los separan (o no) de las bañeras transparentes de la habitación (así que asegúrese de viajar con alguien que conoce bien o a quién no le importaría conocer mejor).
Es importante mencionar que los 95 exclusivos cuartos, están totalmente automatizados, por ejemplo, con un clic, una pared virtual de madera que descubre un amplísimo ventanal circular de dos metros de diámetro con vista a la ciudad de San Pablo; con otro clic, se puede levantar el panel divisorio de vidrio esmerilado que se encuentra entre el área del dormitorio y el baño, lo que permite disfrutar desde el jacuzzi de la pantalla de TV de plasma; con otros clics, se pueden echar a andar diversos videojuegos, luces, el CD y el DVD.
El lobby del hotel es un gigantesco espacio de 7.5 metros de altura que ocupa toda la planta baja. La recepción y las salas de estar, están amuebladas con elegantes piezas de Campana Reina; Alessandro Mendini y Philippe Starck.
En el fondo, la decoración del bar y el cyber café está inspirada en el famoso álbum The Wall de Pink Floyd.
Por iiarquitectos y arq.com.mx
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