En vez de una torre con una imagen icónica, desconectada de la horizontal histórica de Yerevan, Lace Hill sutura a la ciudad y el paisaje juntos para apoyar un estilo de vida holístico, ultra-verde, algo entre la forma de vida rural de montaña y la cultura de densidad urbana.
a propuesta de 85.000 m2 es un nuevo modelo de desarrollo para Yerevan y Armenia que apoya un tejido de alto valor espacial, densificado con un traslape entre lo natural y lo urbano.
Para crear una nueva y firmemente enraizada arquitectura-urbanismo-paisaje, el proyecto transmuta el elemento urbano común de Yerevan, el “superblock”, en el terreno, una montaña truncada a lo largo del anfiteatro natural de Yerevan. Este acto extiende el anfiteatro y completa la montaña, creando más capacidad o “graderías” para los espectadores de Yerevan y Mt. Ararat, el ícono eterno de Armenia. Las plantas nativas que cubren la montaña están regadas con aguas grises recicladas. Intricadas perforaciones recordando los tejidos de encaje tradicionales de Armenia entregan espacio exterior aterrazado, ventilación natural, e impresionantes vistas para el paseo, piezas de hotel, viviendas, y oficinas.
A diferencia de una torre como objeto singular que sólo tiene una simple vista de la ciudad abajo, la transparentada, montaña viviente seduce a los visitantes en el interior hacia un paseo costero y una sucesión de vacíos. Estos vacíos actúan como un sistema de refrigeración en el clima árido de Yerevan. A medida que uno se mueve hacia el centro más helado, la montaña se abre hacia el cielo. Con la sensación de una catedral o basílica en cuanto a tamaño e iluminación, las piscinas y tres picos de montañas llenan estos espacios fluidamente. Estos son monumentos espaciales para Armenia, tallados en la montaña como el antiguo Monasterio de Gerhard de Armenia.
Lace Hill no sólo conserva sus propios recursos dentro de ella, sino que también se los devuelve a Yerevan, en forma de refrigeración pasiva durante el verano. A medida que la brisa del norte pasa a través de los vacíos, el proyecto actúa como un mecanismo gigante de enfriamiento por evaporación para la ciudad semi-árida abajo. Los muros/ventana ubicados hacia dentro de las terrazas permiten tener sombra durante el verano. Las superficies plantadas absorben calor solar, filtran el aire y el agua de toxinas, y apoyan la vida de insectos.
Pozos geotermales y losas radiantes funcionan eficientemente para calentar y enfriar los espacios. Las aguas grises recicladas se utilizan para regar en agricultura y la misma vegetación de la montaña. La superficie perforada ventila la montaña, mientras que la estructura mayor está en la superficie exterior de hormigón, permitiendo la desaparición de columnas y pilares para un espacio flexible. La forma ondulatoria de las superficies es estruturalmente eficiente conformada de bóvedas y arcos, crean una variedad de vistas además de maximizar el área útil.
a propuesta de 85.000 m2 es un nuevo modelo de desarrollo para Yerevan y Armenia que apoya un tejido de alto valor espacial, densificado con un traslape entre lo natural y lo urbano.
Para crear una nueva y firmemente enraizada arquitectura-urbanismo-paisaje, el proyecto transmuta el elemento urbano común de Yerevan, el “superblock”, en el terreno, una montaña truncada a lo largo del anfiteatro natural de Yerevan. Este acto extiende el anfiteatro y completa la montaña, creando más capacidad o “graderías” para los espectadores de Yerevan y Mt. Ararat, el ícono eterno de Armenia. Las plantas nativas que cubren la montaña están regadas con aguas grises recicladas. Intricadas perforaciones recordando los tejidos de encaje tradicionales de Armenia entregan espacio exterior aterrazado, ventilación natural, e impresionantes vistas para el paseo, piezas de hotel, viviendas, y oficinas.
A diferencia de una torre como objeto singular que sólo tiene una simple vista de la ciudad abajo, la transparentada, montaña viviente seduce a los visitantes en el interior hacia un paseo costero y una sucesión de vacíos. Estos vacíos actúan como un sistema de refrigeración en el clima árido de Yerevan. A medida que uno se mueve hacia el centro más helado, la montaña se abre hacia el cielo. Con la sensación de una catedral o basílica en cuanto a tamaño e iluminación, las piscinas y tres picos de montañas llenan estos espacios fluidamente. Estos son monumentos espaciales para Armenia, tallados en la montaña como el antiguo Monasterio de Gerhard de Armenia.
Lace Hill no sólo conserva sus propios recursos dentro de ella, sino que también se los devuelve a Yerevan, en forma de refrigeración pasiva durante el verano. A medida que la brisa del norte pasa a través de los vacíos, el proyecto actúa como un mecanismo gigante de enfriamiento por evaporación para la ciudad semi-árida abajo. Los muros/ventana ubicados hacia dentro de las terrazas permiten tener sombra durante el verano. Las superficies plantadas absorben calor solar, filtran el aire y el agua de toxinas, y apoyan la vida de insectos.
Pozos geotermales y losas radiantes funcionan eficientemente para calentar y enfriar los espacios. Las aguas grises recicladas se utilizan para regar en agricultura y la misma vegetación de la montaña. La superficie perforada ventila la montaña, mientras que la estructura mayor está en la superficie exterior de hormigón, permitiendo la desaparición de columnas y pilares para un espacio flexible. La forma ondulatoria de las superficies es estruturalmente eficiente conformada de bóvedas y arcos, crean una variedad de vistas además de maximizar el área útil.
Por arq.com.mx
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