El metro de Moscú es el medio de transporte fundamental y el más seguro de la capital. Por la intensidad de su uso cede tan solo al de Tokio. Consta de 12 líneas cuya longitud sumaria pasa de 298 km y tiene 180 estaciones.
La primera línea de "Sokolniki" al "Parque de Cultura" se inauguró el 15 de mayo de 1935. Los pasajeros al punto resultaron maravillados por la fabulosa hermosura de los palacios subterráneos, abundancia de luz, lujoso decorado de las estaciones. En su revestimiento se emplearon cerca de 20 tipos de mármol, así como granito y otros materiales, relata la arquitecta Natalia Dushkina, nieta del decorador de muchas de las primeras estaciones del metro Alexey Dushkin.
En ninguno de los metros del mundo se ha empleado un fenómeno como la síntesis de artes. Por primera vez en las estaciones del metro de Moscú aparecieron esculturas, frescos, mosaicos.
Es difícil imaginarse que toda esta maravilla fuera creada prácticamente a mano. Es sabido, por ejemplo, que el hormigonado no estaba mecanizado. Pese a esto, se logró crear estaciones asombrosamente bellas, que no se parecen una a otra. Sin duda, esto se volvió posible gracias a soluciones ingenieriles originales, dice la arquitecta Natalia Dushkina.
Antes que todo, se logró aumentar al máximo las dimensiones de las estaciones, lo que no había en Occidente. Los túneles tienen un diámetro de 5-6 metros. En Londres, apenas de 3,7 metros. En el fondo, en Moscú fue creada una segunda ciudad subterránea llena de ideas artísticas. Las estaciones se convirtieron en una especie de plazas y calles de grandes dimensiones.
En el diseño y decoración artística de los vestíbulos tomaron parte los mejores arquitectos y pintores de la URSS. Gracias a sus empeños fueron creadas verdaderas obras primorosas. Las estaciones "Krasniye vorota" y "Kropotkinskaya", así como "Mayakovskaya" construida en 1938, son hoy día monumentos de arquitectura y construcción protegidos por el Estado.
La construcción del metro no se detuvo durante la Gran Guerra Patria. Tan solo un episodio dice mucho: en Leningrado bloqueado por los fascistas, el arquitecto Alexei Frolov creaba mosaicos para estaciones del metro de Moscú con pie en los croquis del famoso pintor Alexander Deineka. Al terminar su trabajo en 1942, Frolov murió de hambre, dice Natalia Dushkina.
El arquitecto escribía en sus memorias: "Estoy en una habitación absolutamente fría, hambriento, las baterías de calefacción se agrietaron y el agua se congeló. Yo sé, hacemos ahora mosaicos para las estaciones en las que se glorificará el trabajo de las personas que protegen su país. Sobre la estación se encuentra la fábrica Lijachev, de donde salen tanques para el frente". Es decir había un entusiasmo impar, señala Natalia Dushkina. Los mosaicos se hacían en Leningrado y por el "Camino de la vida" se enviaban a Moscú. Es un hecho histórico sin duda sorprendente. Todas las fuerzas estaban concentradas en crear estaciones que alentaran a la gente, para que resistiera y venciera en esta horrenda lucha.
En nuestros días se organizan excursiones para extranjeros por el metro de Moscú. Los huéspedes quedan asombrados por la decoración. Retratan, impresionados, mosaicos, bajorrelieves, esculturas, columnas de los palacios subterráneos. En el extranjero no hay nada parecido. Allí el aspecto utilitario del metro está "embellecido" tan solo con carteles de publicidad. El metro de Moscú es de veras un monumento único de arquitectura y arte. Así se ideó hace 75 años.
La primera línea de "Sokolniki" al "Parque de Cultura" se inauguró el 15 de mayo de 1935. Los pasajeros al punto resultaron maravillados por la fabulosa hermosura de los palacios subterráneos, abundancia de luz, lujoso decorado de las estaciones. En su revestimiento se emplearon cerca de 20 tipos de mármol, así como granito y otros materiales, relata la arquitecta Natalia Dushkina, nieta del decorador de muchas de las primeras estaciones del metro Alexey Dushkin.
En ninguno de los metros del mundo se ha empleado un fenómeno como la síntesis de artes. Por primera vez en las estaciones del metro de Moscú aparecieron esculturas, frescos, mosaicos.
Es difícil imaginarse que toda esta maravilla fuera creada prácticamente a mano. Es sabido, por ejemplo, que el hormigonado no estaba mecanizado. Pese a esto, se logró crear estaciones asombrosamente bellas, que no se parecen una a otra. Sin duda, esto se volvió posible gracias a soluciones ingenieriles originales, dice la arquitecta Natalia Dushkina.
Antes que todo, se logró aumentar al máximo las dimensiones de las estaciones, lo que no había en Occidente. Los túneles tienen un diámetro de 5-6 metros. En Londres, apenas de 3,7 metros. En el fondo, en Moscú fue creada una segunda ciudad subterránea llena de ideas artísticas. Las estaciones se convirtieron en una especie de plazas y calles de grandes dimensiones.
En el diseño y decoración artística de los vestíbulos tomaron parte los mejores arquitectos y pintores de la URSS. Gracias a sus empeños fueron creadas verdaderas obras primorosas. Las estaciones "Krasniye vorota" y "Kropotkinskaya", así como "Mayakovskaya" construida en 1938, son hoy día monumentos de arquitectura y construcción protegidos por el Estado.
La construcción del metro no se detuvo durante la Gran Guerra Patria. Tan solo un episodio dice mucho: en Leningrado bloqueado por los fascistas, el arquitecto Alexei Frolov creaba mosaicos para estaciones del metro de Moscú con pie en los croquis del famoso pintor Alexander Deineka. Al terminar su trabajo en 1942, Frolov murió de hambre, dice Natalia Dushkina.
El arquitecto escribía en sus memorias: "Estoy en una habitación absolutamente fría, hambriento, las baterías de calefacción se agrietaron y el agua se congeló. Yo sé, hacemos ahora mosaicos para las estaciones en las que se glorificará el trabajo de las personas que protegen su país. Sobre la estación se encuentra la fábrica Lijachev, de donde salen tanques para el frente". Es decir había un entusiasmo impar, señala Natalia Dushkina. Los mosaicos se hacían en Leningrado y por el "Camino de la vida" se enviaban a Moscú. Es un hecho histórico sin duda sorprendente. Todas las fuerzas estaban concentradas en crear estaciones que alentaran a la gente, para que resistiera y venciera en esta horrenda lucha.
En nuestros días se organizan excursiones para extranjeros por el metro de Moscú. Los huéspedes quedan asombrados por la decoración. Retratan, impresionados, mosaicos, bajorrelieves, esculturas, columnas de los palacios subterráneos. En el extranjero no hay nada parecido. Allí el aspecto utilitario del metro está "embellecido" tan solo con carteles de publicidad. El metro de Moscú es de veras un monumento único de arquitectura y arte. Así se ideó hace 75 años.
Por arq.com.mx
0 comments:
Publicar un comentario