Situado en el corazón del bosque de Lapland y construido sobre los árboles que se amontonan en la zona, el Hotel Cali-fauna, diseñado por los arquitectos suecos Tham and Videgard, es un conjunto de habitaciones dispersas en el bosque y con diseño rectangular que se integran al entorno a través de paredes espejadas que reflejan las copas de los árboles y se confunden con ellos.
En Finlandia conviven una gran cantidad de bosques. Tal vez por eso, los dueños de este hotel han pensado en aprovechar las bondades que ofrecen estos grandes árboles para instalar allí un insólito alojamiento sólo apto para quienes no sufren de vértigo.
La razón es sencilla: este hotel está situado en el corazón del bosque de Lapland y construido sobre los árboles que se amontonan en la zona. Sí, las copas de estas especies fuertes y altas son la mejor guarida para albergar a las habitaciones que con diseño rectangular están sostenidas casi en el aire.
Para conservar la armonía del lugar, las paredes de estas habitaciones han sido espejadas por lo que reflejan las copas de los árboles y se confunden con ellos. En realidad, son de aluminio y sólo su parte exterior ha sido recubierta por espejos mientras que para llegar a las habitaciones hay que subir la escalera de cuerda.
Sin dudas, se trata de una original propuesta que se transforma en una verdadera aventura para los huéspedes que se animan a alojarse allí. Los artífices de este lugar son Britta y Kent Lindvall, quienes pensaron en un alojamiento para quienes sueñan con pasar unos días en verdadero contacto con la naturaleza.
El hotel Cali-fauna diseñado por los arquitectos suecos Tham and Videgard y construido en Finlandia, en pleno bosque de Lapland, actualmente es la última novedad mundial en hoteles. Éste es casi invisible, hecho de aluminio con una superficie exterior de espejos sobre un árbol de 20 metros en el pueblo de Harads, en Laponia. Consta de un baño, una pequeña cocina, una cama grande, una sala, una vista panorámica de 360º y una terraza en el techo. Sus dimensiones de 4.00 x 4.00 x 4.00 mtrs. son suficientes para acomodar a dos personas con holgura. Cada habitación es una caja de aluminio cubierto por un espejo, de manera tal que las paredes reflejan el bosque que las rodea y se integran a la naturaleza sin producir contaminación visual.
Entre el cuento de hadas y la ciencia ficción, los promotores de este singular establecimiento de hotelería, Britta y Kent Lindvall han creado el lugar perfecto para escaparse de la ciudad y perderse en el bosque. Un hotel difícil de delatarlo. Al parecer el juego óptico que ofrecen los espejos es suficiente para desubicar a los pájaros. Para ello se han tenido que colocar unas estampas muy finas para que éstos no se estrellen e interrumpan el idilio de sus huéspedes.
El objetivo de los dueños es acercar a los usuarios a la naturaleza con un concepto innovador, distinto del habitual. -Es un lugar precioso... si es que los huéspedes logran encontrarlo será un gran éxito-, apostillan los promotores.
Por arq.com.mx
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