Conceptualizadas por el carpintero canadiense Tom Chudleigh en la costa occidental de la isla de Vancouver, las Free Spirit Spheres, son habitaciones flotantes suspendidas en el bosque con capacidad para cuatro personas. Son casas artesanales y ecológicas hechas de madera y revestidas en fibra de vidrio para que el exterior sea resistente al agua. El acceso a estas esferas habitables es por medio de escaleras de cuerda.
Quien tiene un árbol tiene un tesoro. Ya hemos visto casas construidas en la propia estructura del árbol, sus ramas y su tronco, pero las Free Spirit Spheres [-Esferas Libres de Espíritu-, en español] del carpintero canadiense Tom Chudleigh son habitaciones flotantes suspendidas en el bosque con cuerdas donde pueden dormir cómodamente cuatro personas y a las que se accede con escaleras de cuerdas.
Son casas artesanales y ecológicas hechas de madera y revestidas en fibra de vidrio para que el exterior sea resistente al agua y su construcción se basa en la tecnología de los veleros.
El interior está equipado con una mini cocina con microondas, nevera y fregadero, y se pueden personalizar añadiendo camas y puertas. En el exterior, hay una caseta convencional de madera con el baño.
Las esferas están actualmente expuestas entre los árboles de la selva tropical en la costa occidental de la isla de Vancouver y se alquilan para retiros espirituales o para tener una vivencia diferente con la Naturaleza. Los precios oscilan entre 22,000 dólares y 150,000 para las versiones de lujo con sauna incorporada.
Dicen los que han vivido en ellas que es una sensación como estar en un barco porque las esferas son mecidas por el viento. Pero lo que me ha entusiasmado de la idea es la posibilidad de poder vivir en pleno bosque y en comunión con todos los elementos con total comodidad.
Siempre habrá quien prefiera una tienda de campaña, una mobil home o un tipi, pero al menos sabemos que existen posibilidades para vivir en los árboles mejores que las que usaban Tom Sawyer y Tarzán.
Una casa en el árbol puede ser una estructura construida gracias a la forma del árbol, a sus ramas y tronco o suspendida en el bosque a partir de cuerdas. El diseño y la construcción de estas habitaciones flotantes es una mezcla entre un kayak y los nudos de velas en un yate.
Está suspendida en el aire y hay que acceder a ella mediante unas escaleras de madera en forma de espiral. Está sujeta con cables de alta resistencia aunque lo cierto es que hay que confiar bastante en ellos para pasar una noche durmiendo del tirón.
Tiene 4 ventanas [dos grandes a los lados] y dos pequeñas [una en el techo y otra en un lado]. La única pega es que el espacio es muy reducido, incómodo hasta para dos personas.
Quien tiene un árbol tiene un tesoro. Ya hemos visto casas construidas en la propia estructura del árbol, sus ramas y su tronco, pero las Free Spirit Spheres [-Esferas Libres de Espíritu-, en español] del carpintero canadiense Tom Chudleigh son habitaciones flotantes suspendidas en el bosque con cuerdas donde pueden dormir cómodamente cuatro personas y a las que se accede con escaleras de cuerdas.
Son casas artesanales y ecológicas hechas de madera y revestidas en fibra de vidrio para que el exterior sea resistente al agua y su construcción se basa en la tecnología de los veleros.
El interior está equipado con una mini cocina con microondas, nevera y fregadero, y se pueden personalizar añadiendo camas y puertas. En el exterior, hay una caseta convencional de madera con el baño.
Las esferas están actualmente expuestas entre los árboles de la selva tropical en la costa occidental de la isla de Vancouver y se alquilan para retiros espirituales o para tener una vivencia diferente con la Naturaleza. Los precios oscilan entre 22,000 dólares y 150,000 para las versiones de lujo con sauna incorporada.
Dicen los que han vivido en ellas que es una sensación como estar en un barco porque las esferas son mecidas por el viento. Pero lo que me ha entusiasmado de la idea es la posibilidad de poder vivir en pleno bosque y en comunión con todos los elementos con total comodidad.
Siempre habrá quien prefiera una tienda de campaña, una mobil home o un tipi, pero al menos sabemos que existen posibilidades para vivir en los árboles mejores que las que usaban Tom Sawyer y Tarzán.
Una casa en el árbol puede ser una estructura construida gracias a la forma del árbol, a sus ramas y tronco o suspendida en el bosque a partir de cuerdas. El diseño y la construcción de estas habitaciones flotantes es una mezcla entre un kayak y los nudos de velas en un yate.
Está suspendida en el aire y hay que acceder a ella mediante unas escaleras de madera en forma de espiral. Está sujeta con cables de alta resistencia aunque lo cierto es que hay que confiar bastante en ellos para pasar una noche durmiendo del tirón.
Tiene 4 ventanas [dos grandes a los lados] y dos pequeñas [una en el techo y otra en un lado]. La única pega es que el espacio es muy reducido, incómodo hasta para dos personas.
Por arq.com.mx
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