Norman Foster (1935- ), arquitecto británico, uno de los más prestigiosos del panorama internacional a partir de principios de la década de 1980.
Nació en Manchester, ciudad donde estudió arquitectura y urbanismo antes de marcharse a la Universidad de Yale (Estados Unidos) para cursar un posgrado. A su regreso a Londres fundó, junto con Richard Rogers (que había sido compañero suyo en Yale), Wendy Cheesman (que más tarde se convirtió en su esposa) y Georgie Wolton, el estudio de arquitectura Team 4 (1963-1967). Este grupo de profesionales consolidó su reputación gracias a una serie de encargos de viviendas y edificios industriales. Desde 1968 hasta 1983, Foster también colaboró en diversos proyectos con Buckminster Fuller.
Aunque sus primeros diseños eran piezas austeras, sin elementos decorativos, como el edificio de la Reliance Control en Swindon (Gran Bretaña, 1966), más tarde evolucionó hacia un empleo decidido de las superficies curvas y de un enorme abanico de materiales constructivos. Un paso importante en este proceso es la sede central de Willis, Faber & Dumas en Ipswich (Gran Bretaña, 1975), cuya ondulante fachada de vidrio terso se levanta sobre el límite irregular del solar urbano. Otro ejemplo de la complejidad formal hacia la que ha evolucionado el arquitecto británico es la terminal del aeropuerto de Stansted en Essex (Gran Bretaña, 1991), en la que las grandes cubiertas sustentadas por columnas arborescentes y tensores metálicos recuerdan las estructuras de alambres de los primeros aeroplanos. Otro ejemplo revelador de su precisión en los detalles combinada con una impresionante concepción globalizadora, son las oficinas centrales del Hongkong and Shanghai Bank en Hong Kong (1986), considerada por muchos críticos como la obra maestra de Norman Foster.
Otro de los intereses que afloran en su trayectoria es el diseño y planeamiento urbanísticos, materializado en planes generales para varias ciudades (Berlín y Cannes, entre otras) y en planes parciales como los del área de King’s Cross (Londres, 1988) o la ordenación urbana de la Exposición Universal de Lisboa de 1998. También ha realizado obras en el campo de la ingeniería, como la torre de telecomunicaciones de Collserola en Barcelona (España, 1988-1992) y el conjunto del metro de Bilbao (1988-1995). En 1998 se inauguró el aeropuerto de Hong Kong en Chek Lap Nok, la mayor terminal de aviación hasta la fecha. También es autor, entre otros proyectos, del nuevo Reichstag alemán (Berlín, 1999), levantado sobre los restos del antiguo edificio destruido parcialmente por las llamas en 1933, de la plaza interior del Museo Británico (Londres, 2000), cubierta por una monumental cúpula de cristal y acero, y de la sede del Ayuntamiento de Londres (2002), una esfera inclinada de 50 m de altura construida en acero y cristal. En 1999 fue galardonado con el prestigioso Premio Pritzker de Arquitectura.
Los proyectos iniciales de Foster se caracterizan por un estilo "high-tech" muy pronunciado, influido también por los criterios de su socio Rogers. Más adelante las líneas de sus edificios se suavizan y desaparece en buena parte ese carácter técnico llevado al extremo. En todo caso, los proyectos de Foster y sus socios llevan un marcado sello industrial, en el sentido de que emplean en los edificios elementos que se repiten multitud de veces, por lo que son fabricados en lugares alejados de la obra. Frecuentemente se diseñan componentes para un edifico de forma exprofesa, reflejando con ello un estilo de buena manufactura.
Nació en Manchester, ciudad donde estudió arquitectura y urbanismo antes de marcharse a la Universidad de Yale (Estados Unidos) para cursar un posgrado. A su regreso a Londres fundó, junto con Richard Rogers (que había sido compañero suyo en Yale), Wendy Cheesman (que más tarde se convirtió en su esposa) y Georgie Wolton, el estudio de arquitectura Team 4 (1963-1967). Este grupo de profesionales consolidó su reputación gracias a una serie de encargos de viviendas y edificios industriales. Desde 1968 hasta 1983, Foster también colaboró en diversos proyectos con Buckminster Fuller.
Aunque sus primeros diseños eran piezas austeras, sin elementos decorativos, como el edificio de la Reliance Control en Swindon (Gran Bretaña, 1966), más tarde evolucionó hacia un empleo decidido de las superficies curvas y de un enorme abanico de materiales constructivos. Un paso importante en este proceso es la sede central de Willis, Faber & Dumas en Ipswich (Gran Bretaña, 1975), cuya ondulante fachada de vidrio terso se levanta sobre el límite irregular del solar urbano. Otro ejemplo de la complejidad formal hacia la que ha evolucionado el arquitecto británico es la terminal del aeropuerto de Stansted en Essex (Gran Bretaña, 1991), en la que las grandes cubiertas sustentadas por columnas arborescentes y tensores metálicos recuerdan las estructuras de alambres de los primeros aeroplanos. Otro ejemplo revelador de su precisión en los detalles combinada con una impresionante concepción globalizadora, son las oficinas centrales del Hongkong and Shanghai Bank en Hong Kong (1986), considerada por muchos críticos como la obra maestra de Norman Foster.
Otro de los intereses que afloran en su trayectoria es el diseño y planeamiento urbanísticos, materializado en planes generales para varias ciudades (Berlín y Cannes, entre otras) y en planes parciales como los del área de King’s Cross (Londres, 1988) o la ordenación urbana de la Exposición Universal de Lisboa de 1998. También ha realizado obras en el campo de la ingeniería, como la torre de telecomunicaciones de Collserola en Barcelona (España, 1988-1992) y el conjunto del metro de Bilbao (1988-1995). En 1998 se inauguró el aeropuerto de Hong Kong en Chek Lap Nok, la mayor terminal de aviación hasta la fecha. También es autor, entre otros proyectos, del nuevo Reichstag alemán (Berlín, 1999), levantado sobre los restos del antiguo edificio destruido parcialmente por las llamas en 1933, de la plaza interior del Museo Británico (Londres, 2000), cubierta por una monumental cúpula de cristal y acero, y de la sede del Ayuntamiento de Londres (2002), una esfera inclinada de 50 m de altura construida en acero y cristal. En 1999 fue galardonado con el prestigioso Premio Pritzker de Arquitectura.
Los proyectos iniciales de Foster se caracterizan por un estilo "high-tech" muy pronunciado, influido también por los criterios de su socio Rogers. Más adelante las líneas de sus edificios se suavizan y desaparece en buena parte ese carácter técnico llevado al extremo. En todo caso, los proyectos de Foster y sus socios llevan un marcado sello industrial, en el sentido de que emplean en los edificios elementos que se repiten multitud de veces, por lo que son fabricados en lugares alejados de la obra. Frecuentemente se diseñan componentes para un edifico de forma exprofesa, reflejando con ello un estilo de buena manufactura.
Por iiarquitectos
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