DATOS HISTORICOS
Basílica de Santa Sofía, iglesia consagrada a la Santa Sabiduría, considerada como el principal edificio bizantino de Constantinopla (actual Estambul) y uno de los más relevantes de la historia de la arquitectura. Fue proyectada y construida por Antemio de Tralles e Isidoro de Mileto entre los años 532 y 537, por encargo del emperador Justiniano I.
Destruido el templo primitivo durante la insurrección de Nika, Justiniano decidió construir un edificio que simbolizara el apogeo de su Imperio. De acuerdo con la tendencia bizantina hacia los espacios centralizados, los arquitectos idearon una gran basílica concentrada bajo una cúpula semiesférica flanqueda por dos semicúpulas (o bóvedas de horno) que sugieren un sutil eje longitudinal. El amplio espacio interior, iluminado por el anillo de ventanas abiertas en la base de la cúpula, se abre en sucesivas articulaciones a dos naves laterales que ocultan los contrafuertes transversales. Estos machones protagonizan el imponente exterior del edificio, que contrasta en su austeridad con un interior prolijo en mármoles y suntuosos mosaicos. La complejidad de exedras, columnatas y galerías elevadas en torno a la gran sala diáfana contribuye a la sensación de misterio, enfatizada por la presencia dramática de la luz y sus ambiguos reflejos sobre los revestimientos dorados.
Santa Sofía supuso un inmenso reto para la tecnología bizantina, como demuestra el hecho de que sus dos artífices eran esencialmente científicos con amplios conocimientos de física. Su gigantesca cúpula, de 32 metros de diámetro y 56 metros de altura sobre el suelo, provoca unos empujes horizontales difíciles de contener. De hecho, la primera cúpula colapsó en 558, y se sustituyó por la actual estructura nervada, concluida en 563. Su peso descansa sobre cuatro pechinas (sectores esféricos triangulares) que transmiten los esfuerzos hacia las dos semicúpulas y los contrafuertes, embebidos en la nave lateral y reforzados siglos después por los estribos exteriores que destacan en la actualidad. A su vez, las semicúpulas descansan sobre otras semicúpulas y bóvedas menores que transmiten los empujes hasta el terreno.
Su monumentalidad y la increíble audacia de su construcción hicieron de Santa Sofía el modelo más influyente de espacio centralizado. Después de la conquista otomana en 1453, la iglesia se convirtió en mezquita y referencia fundamental para la nueva arquitectura musulmana, consolidada por Mimar Sinan. Hoy es un museo. Véase Arte y arquitectura bizantinas.
ARQUITECTOS QUE LA PROYECTARON
La innovadora tecnología bizantina permitió a los arquitectos Antemio de Tralles e Isidoro de Mileto diseñar una basílica con una inmensa cúpula sobre un espacio cuadrado y abierto. La cúpula original se cayó después de un terremoto y fue reemplazada en el año 563.
Antemio de Tralles: se cree que nació alrededor del año 474 d. C en Tralles Procedía de una familia culta, su padre, Estéfano, era médico, junto con dos de sus hermanos, otro era abogado y un cuarto se le describía como "hombre de letras".
Fue profesor de geometría y arquitecto, autor junto a Isidoro de Mileto de la Iglesia de Santa Sofía en Constantinopla. La construcción se realizó desde el 532 al 537. Lo más destacado de la obra es su cúpula que descansa en un gran cuadrado sobre cuatro pechinas y acabando en cuarenta ventanas que dan la apariencia de sostener la cúpula en un mar de luz.
Su talento parece que abarcaba también la ingeniería, ya que se dice que le fue encargado reparar las defensas contra las inundaciones en Dara, una fortificación bizantina en Siria.
Isodoro de Mileto: Fue un arquitecto bizantino que junto con Antemio de Tralles, construyó la basílica de Santa Sofía de Constantinopla.
Por iiarquitectos
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